sábado, 23 de abril de 2011

VISITA PRIMAVERAL A CABAÑEROS

A principios de abril, ha tocado otra visita a Cabañeros. Aprovechando un día de tiempo apacible y soleado en esta primavera de contrastes, volvimos a disfrutar de algunos lugares que ya conocíamos, y en los que fotografiamos criaturas conocidas y otras que nos sonaban bastante menos.


En la zona de las rañas, pudimos ver manadas de ciervos (aunque mayoritariamente hembras) que quitaban el aliento. La visita guiada, a primera hora de la mañana, permitía observar a los grupos de grandes ungulados que regresaban al monte cerrado tras alimentarse en las llanuras cubiertas de pastizales arbolados. El caso es que pudimos ver a lo lejos una gran manada, de la que el guía nos aseguró que estaría compuesta de alrededor de 3.000 ejemplares. Dado que los animales se desplazaban monte arriba a medida que nosotros nos acercábamos, sólo pudimos fotografiar (y de aquella manera) a grupos menores que fueron quedándose rezagados, pero que aún así eran numerosos:





¿Quién quiere irse al Serengueti, teniendo esto en la puerta de casa? Bueno, seamos sinceros, me gustaría ir al Serengueti, pero esto me lo puedo permitir y también es impresionante.



Este es el aspecto que presentaban las rañas aquella mañana:




Estaban llenas de vida, y pudimos ver fácilmente sisones, calandrias, zorros, buitres, alimoches, cuervos, y muchos otros animales. La vegetación, eso sí, todavía no se encontraba en pleno esplendor. Los invertebrados, y sobre todo los insectos, pululaban en números asombrosos. La única fotografía decente que pude hacer de uno de ellos, es la de este escarabajo pelotero (de especie desconocida para mí):




Obsérvense los miembros anteriores, aplanados y adaptados para transportar bolas de estiercol. Este ejemplar se encontraba en una zona de monte mediterráneo próxima a una finca con ganado bravo. Después visitamos un arroyo, con una vegetación en plena explosión primaveral:




Muy cerca, en un pastizal próximo al arroyo y a una chopera, encontramos dos especies de orquídeas. La mayor de ellas, y la menos abundante, era una especie del género Serapias:





Como en otras plantas similares, no siempre es fácil diferenciar unas especies de otras, y aunque estas orquídeas me parecen Serapias lingua, no podría asegurar que se trate de esa especie concreta. Otra forma de menor tamaño, pero que se encontraba en número mucho mayor, era un miembro del género Orchys, con toda probabilidad Orchys morio:




La diversidad de orquídeas en el monte mediterráneo es sorprendente, y uno de los aspectos menos conocidos de nuestra naturaleza. Si bien este tipo de plantas debió ser mucho más importante en nuestras latitudes en periodos anteriores, en los que dominaba un clima subtropical húmedo, un cierto número de especies se han adaptado a herbazales y bosques de nuestro clima actual.



Florísticamente, Cabañeros puede considerarse uno punto caliente de biodiversidad a nivel europeo. Sobre todo teniendo en cuenta su reducida superficie. Una de las comunidades vegetales más sorprendentes son los bosques de ribera. Aunque los bosques de galería más valiosos, que albergan especies muy amenazadas, no son accesibles, podemos observar de cerca algunos otros maravillosos. Uno de ellos es el que encontramos a orillas del río Bullaque (que desgraciadamente sufre los efectos de la regulación a la que lo somete el embalse de la Torre de Abraham). Si bien en las orillas predominan fresnos y sauces, encontramos verdaderos bosques lineales de quejigos (Quercus faginea):




Probablemente esta especie esté desplazando paulatinamente a otras especies de árboles propias de suelos encharcadizos, ya que el embalse impide que aguas abajo se produzcan las inundaciones naturales que son típicas en los ríos peninsulares. De hecho, la llanura de inundación parece estar siendo devorada por matorrales y malezas, en vez de presentar praderas y acumulaciones de gravas y arenas:





Justo en la planicie aluvial del Bullaque, encontramos otra especie de orquídea: la orquídea mariposa (Orchis papilionacea):





Eso sí, tan solo dos ejemplares. El río propiamente dicho parecía muy remansado, sobre todo teniendo en cuenta que hemos tenido una primavera muy lluviosa. El agua que se le roba desde el embalse no perdona, y además de mantener los niveles del río artificialmente estables, le quita mucho caudal:





Estuvimos un buen rato disfrutando de la sombra y de la paz de aquel lugar. Desde la orilla se podían ver los nenúfares emitiendo sus primeras hojas desde el cieno del fondo:




El agua atrae a la fauna, y como testimonio de esto encontramos en las cercanías un cráneo de jabalí:




Lo cierto es que por su tamaño y el desarrollo de los dientes parece más bien un jabato que un jabalí adulto.



Otro curso fluvial que visitamos, y que a mí particularmente me parece muy interesante, es el Arroyo de los Pescados a su paso por Santa Quiteria:




Se trata de un riachuelo que recorre las rañas sabanoides del parque, y que presenta un régimen torrencial natural hasta más allá del pueblo. Por ese motivo es un buen lugar para observar especies de peces nativas de la cuenca del Guadiana (aunque es aún mejor el río Estena). Si otros años hemos podido detectar cardúmenes de calandinos (Squalius alburnoides) y cachuelos (Squalius pyrenaicus), este año pude fotografiar un enorme cardumen de alevines de boga del Guadiana (Chondrostoma wilkomii):








Ya antes de buscar un buen sitio para comer, nos dimos una última vuelta por las inmediaciones de Retuerta. Adentrándonos en los montes, nos detuvimos en una pequeña charca conectada con un arroyo que fluía desde una ladera cubierta de bosque. Allí encontramos una última curiosidad: una pequeña salamandra común (Salamandra salamandra):




Se trataba de un pequeño ejemplar recién metamorfoseado, que ni siquiera presentaba aún la típica coloración amarilla y negra de los adultos. Permanecía en el fondo de la charca, aunque con seguridad abandonará ese lugar durante la primavera y el verano, para adoptar la forma de vida terrestre de sus congéneres.





Poco después dimos por bien empleada la mañana, y abandonamos el lugar para comer. Pero seguro que volveremos.

MONTE BAJO Y ESPARTALES EN PRIMAVERA

Esta primavera, con sus lluvias y sus numerosos días de sol, los montes del sur de Madrid y las regiones limítrofes de Toledo muestra todo el potencial de su vigor vegetal. Pueden admirarse las floraciones de numerosas especies de plantas que, durante el resto del año, se muestran apagadas y poco llamativas.

En los alrededores de Aranjuez, los suelos sobre los que se asientan estas comunidades botánicas, son fundamentalmente arcillosos, margosos y calizos. En cualquier caso, pertenecen al dominio de los encinares manchegos, teóricamente la clímax en esta región y en ese tipo de suelos. No obstante, los bosques antiguos fueron eliminados casi en su totalidad, en gran parte debido a que se asentaban sobre tierras óptimas para la agricultura de secano, así como para ganar tierras de pastos para los rebaños de ovino y caprino. De hecho, los encinares manchegos han desaparecido como ecosistema, y al margen de algunos rodales minúsculos, lo que podemos observar son etapas de sustitución que suponen fases degradadas de las comunidades originales. En los casos más extremos, en los que los suelos sufrieron graves procesos de erosión y empobrecimiento, encontramos romerales, esplegueras, y espartales, como estos situados al norte del arroyo Cedrón:



Los cerros se encuentran allí cubiertos por espartos. Si alguna vez esta zona estuvo cubierta de bosques, hoy son los paisajes esteparios los que dominan, secos y resistentes. Tradicionalmente se han considerado este tipo de ambientes secarrales sin importancia, áreas yermas, vacías, y por tanto carne de cañón para construcciones o infraestructuras. Si alguien bien intencionado, con cierta sensibilidad, les dirigía una mirada, enseguida se le ocurría "reforestar".

Pero la flora que podemos encontrar aquí es mucho más compleja y rica de lo que podría parecer en un primer momento. Los episodios de fuegos, talas y pastoreo que durante siglos modelaron sus características, han dejado huella en las plantas que sustituyeron al encinar. Por ejemplo, los tomillares, como los conformados por tomillo salsero (Thymus zigis):



Su presencia suele delatar episodios de sobrepastoreo, ya que se ven favorecidos por la desaparición de herbáceas y por el pisoteo persistente del ganado. Otras plantas, sin embargo, son mucho más sensibles a las perturbaciones de ese tipo. Es el caso de la jarilla (Helianthemum asperum):



En este caso se trata de una cistácea que, a diferencia de sus parientes más conocidas, las grandes jaras del género Cistus, se desarrolla sobre suelos yesosos. En los cerros puede encontrársela desde la base hasta las cimas, pero es relativamente rara en los caminos y zonas de cultivo, donde es sustituida por otras especies más resistentes a suelos perturbados. En cualquier caso, si hay una especie que domina el entorno de los cerros locales, ésa es el esparto (Stipa tenacissima), planta maravillosa donde las haya:



Aunque en esta foto vemos numerosos ejemplares acompañados por diferentes especies de herbáceas anuales, tomillos y otras plantas, el esparto puede formar comunidades monotípicas en suelos muy pobres, contribuyendo con su tenacidad (de ahí su nombre) a frenar la erosión. A eso le ayudan toda una serie de adaptaciones morfoestructurales y fisiológicas. Entre las primeras se encuentra la conservación de las hojas muertas, que se inclinan sombreando y protegiendo las raíces del sol abrasador. Entre las adaptaciones fisiológicas se encuentra la retirada de la clorofila de las hojas vivas durante el verano.

Sin embargo, las sutiles estrategias que despliegan las plantas, suponen un reparto preciso del espacio. Y es que, si el esparto es un especialista en suelos deteriorados y bien drenados, es sustituido por otras especies allí donde el substrato es más húmedo. En esta foto, por ejemplo, pudimos captar la frontera entre el espartal de lo alto de un cerro y el albardinal de la base:



En efecto, el albardín (Lygeum spartum) es otra planta esteparia, aunque de características distintas a la anterior. Se localiza en lugares bajos, como hondonadas y vaguadas, sobre suelos limosos, incluso salinos, donde encuentre cierto grado de humedad. En las hondonadas entre lomas que encontramos en la transición entre el valle del Cedrón y la Mesa de Ocaña, el albardín aparece disperso en enclaves aislados de tierras bajas, pero la mayor parte de su hábitat original se encuentra cultivado.

En realidad, este tipo de medios, tan denostados, no sólo presentan una belleza insólita, sino que son el hogar de una impresionante diversidad de especialistas y de formas de vida únicas. Criaturas hechas para resistir. Sin embargo, con frecuencia tenemos que escuchar afirmaciones del tipo de "ahí no hay nada", o "eso es un secarral". Se trata en ocasiones de ignorancia, y otras veces de una actitud interesada, como en el caso El Espartal de Valdemoro, en el sur de Madrid (amenazado de muerte por la especulación urbanística y la construcción de infraestructuras de transporte). Es, en cualquier caso, despreciar todo un conjunto de estrategias vitales adaptadas a los medios mediterráneos semiáridos, despempeñadas muchas veces por especies endémicas y muy raras de plantas e insectos.

Aunque tampoco hace falta ser un gran entendido en vegetación esteparia o entomología para comprender, con un simple paseo, la gran riqueza biológica de estos ambientes. Por ejemplo, es patente la abundancia de caza menor, como la liebre ibérica (Lepus granatensis), la perdiz roja (Alectoris rufa) y el conejo (Oryctolagus cuniculus), cuyas madrigueras delatan las altas densidades que alcanza aquí:




El grupo de vertebrados más diverso y sorprendente de estas estepas es, sin duda, el de las aves. Incluyen numerosas especies que sólo viven en medios abiertos y esteparios, como el aguilucho cenizo (Circus pygargus), el alcaraván (Burhinus oedicnemus), la cogujada común (Galerida cristata), la calandria (Melanocorypha calandra) o el triguero (Miliaria calandra). Dado que el terreno es despejado, la observación de estos animales no tiene por qué ser complicada, pero en algunos cosas sí es más rara. Por ejemplo, en nuestra visita a estos cerros, próximos a Valdecarábanos, pudimos ver dos grupos distintos de curruca tomillera (Sylvia conspicillata). Se trata de un pajarillo insectívoro de pequeño tamaño, que sólo vive en hábitats semiáridos con vegetación baja y dispersa, dominada por tomillares, romerales, retamares e incluso coscojares. Dado que se movían rápidamente entre matorrales de retama (Lygos sphaerocarpa), nos resultó imposible hacer ninguna foto en condiciones. Sin embargo, ya su mera observación es muy interesante, por ser un paseriforme sumamente especializado, y con un área de distribución limitada al Mediterráneo Occidental.

No obstante, no todo el dominio de los bosques locales ha pasado a ser estepa. Allí donde la vegetación sufrió un impacto menor, aún se conservan numerosas especies de árboles y arbustos. Conduciendo por las carreteras del sureste de Madrid, es fácil contemplar manchas de monte sobre suelos calizos, tanto en los páramos como en las laderas de los valles. En realidad, no nos encontramos ante un solo tipo de matorral, sino que podemos diferenciar comunidades vegetales muy distintas, dependiendo de las características de la roca madre, la humedad del suelo, la frecuencia de los incendios, la existencia de pendientes o la orientación de las laderas. En conjunto, estos matorrales presentan una diversidad biológica asombrosa.


En la carretera que va desde Villaconejos a Chinchón, encontramos distintas manifestaciones de estas comunidades botánicas. Existen encinares en regeneración, que presentan un matorral de sustitución dominado por coscojas (Quercus coccifera) entre las que se van desarrollando ejemplares de especies arbóreas de mayor porte (encinas y pino carrasco, sobre todo). Aproveché una mañana para dar una vuelta por uno de estos parajes, situado en la bajada de las parameras hacia la depresión del río Tajuña, cuyo valle puede adivinarse al fondo de esta foto:



Como se puede ver en la siguiente foto, el dominio de la coscoja es evidente, mientras que el pino carrasco (Pinus haleppensis) se ha vuelto muy raro, con ejemplares aislados y escasos:




Esto podría ser un síntoma claro de la existencia de un régimen de fuegos recurrentes. La coscoja se ve favorecida por los incendios, y suele invadir los dominios de los bosques cuando estos son quemados regularmente. Además, el pino carrasco, aunque es pirófito y puede verse beneficiado por fuegos puntuales, desaparece si los incendios se repiten con una frecuencia superior a los 15 años.

Los claros se encuentran ocupados por espartos, que pueden estar perdiendo terreno en favor de árboles y arbustos, a medida que el bosque se regenera:



También aprovechan estos espacios otras especies pioneras, como la aliaga (Genista scorpius):




Este arbusto de espinas crueles, no sólo presenta una floración de colorido deslumbrante, sino que en el pasado fue muy utilizada por la gente. Por ejemplo, mi abuela siempre contaba que, en las matanzas, era muy común quemar la piel del cerdo con aliagas, lo que permitía retirar las cerdas fácilmente.


También estaban floreciendo los gamones (Asphodelus aestivus):




Esta planta, como todas las mencionadas hasta ahora, se encuentra limitada a la cuenca del Mediterráneo, si bien el gamón aparece también en las Canarias. No es una especie rara, y puede formar rodales extensos incluso en zonas pedregosas calizas. Sin embargo, existen muchas especies que han sufrido graves disminuciones debido a la acción del hombre. Entre los árboles y arbustos que más han sufrido el efecto de los descuajes e incendios a lo largo de la historia, se encuentran el quejigo (Quercus faginea), el enebro de la miera (Juniperus oxydecrus) y el arce (Acer monspessulanum). Todos ellos han desaparecido de los páramos y planicies de suelos profundos, y sobreviven en barrancos que no fueron aprovechados por el hombre. La recuperación de estas especies sensibles es lenta, y con frecuencia faltan en los bosques en regeneración. Sin embargo, en esta mancha de monte pude fotografiar un par de ejemplares de otra especie poco común: el espantalobos:






El espantalobos (Colutea hispanica) es propio de las etapas de sustitución de encinares y quejigares, y es un indicador de hábitats de calidad que evolucionan hacia formaciones forestales maduras. Actualmente, en el sureste madrileño este arbusto presenta poblaciones pequeñas y aisladas, y se considera una especie amenazada (aunque no protegida, ciertamente). Como curiosidad, hay que resaltar que un insecto escasísimo y amenazado también, la mariposa Lolana iolas, se alimenta de sus semillas. De hecho, Lolana iolas se encuentra ligada a tres especies de Colutea, plantas sin las que simplemente se extingue.




Como en el caso de los espartales, también las manchas de monte autóctono son consideradas terrenos de poco valor. A esto no contribuye sólo el desconocimiento de sus fascinantes criaturas, sino que también influyen unos valores estéticos en los que la belleza se relaciona con una vegetación verde y exuberante, cascadas de aguas cristalinas y prados verdes. Algo diametralmente opuesto a la belleza de nuestro monte nativo, apretado y polícromo, recio y frugal, pero al mismo tiempo extraordinariamente rico.


Es el hábitat, además, de una fauna abundante y variada, que oscila entre especies endémicas de moluscos e insectos especializados, a los grandes mamíferos, como los jabalíes. Aquí se alcanzan unas densidades elevadísimas de conejo de monte, como puede apreciarse en la colonia de esta foto:




Estos montes son áreas de campeo muy importantes para diferentes especies de aves rapaces, y además son el principal hábitat de paseriformes ligados al matorral mediterráneo. Y es que, si en las estepas con retamares pudimos ver currucas tomilleras, en el matorral las sustituyen varias especies emparentadas pero de colorido mucho más intenso: la curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala), la curruca rabilarga (Sylvia undata) o la curruca carrasqueña (Sylvia cantillans), por ejemplo.




Por mi parte, creo que merecerá la pena hacer más salidas para explorar este tipo de ambientes, cosa que espero poder hacer antes de que llegue el verano.

sábado, 16 de abril de 2011

A CABEZAZOS CON LAS CABEZADAS

Para continuar dejando alguna reflexión sobre la crisis que nos azota y las diferentes maneras de afrontarla, voy a esbozar el caso de Aranjuez y el llamado PAU de Las Cabezadas, que en los últimos días me viene rondando la cabeza. Es un ejemplo claro de cómo la crisis no pasa igual para todo el mundo, ni suscita las mismas inquietudes ni reflexiones. La historia de Las Cabezadas es una historia ya conocida, es decir, muy similar a muchas otras a lo largo de España. Un macroproyecto urbanístico que combina intereses turbios, irregularidades administrativas, denuncias ante la Fiscalía Anticorrupción, destrozos medioambientales gravísimos, y en general un tipo de desarrollo absolutamente insostenible e injustificable desde el punto de vista social. Surgió al calor de la posibilidad de contar con unas olimpiadas en Madrid (alguno tuvo una corazonada, y muchos vieron grandes oportunidades de hacer dinero).

El PAU de Las Cabezadas se sitúa en plena vega histórica de Aranjuez (la misma que el Ayuntamiento afirma querer proteger), y, junto con otros desarrollos que está impulsando, contempla la construcción de 7.000 viviendas (aproximadamente 21.000 habitantes más), un complejo industrial, un complejo hotelero y un complejo comercial, además del Canal de Remo y Piragüismo previsto para la candidatura a las Olimpiadas de Madrid 2012. Todo ello ocupando la friolera de 2 millones de metros cuadrados de la mejor tierra fértil de la llanura del Tajo. En esta foto podemos ver una pequeña parte del sector:







El gobierno municipal defiende este desastre utilizando argumentos que a todos nos suenan por dos razones. La primera es que son argumentos de manual, que nuestros gobernantes usan de forma populista cada vez que necesitan justificar un pelotazo urbanístico o una agresión medioambiental de grandes proporciones. Las razones suelen ser dos:


1) Que se necesitan muchas viviendas, para los jóvenes, por que va a haber vivienda protegida, o por lo que sea, dependiendo del caso.

2) Que es imprescindible para el "desarrollo" de la población.


La segunda razón por la que nos suenan sus argumentos, es que en los últimos 10 años, los de la burbuja inmobiliaria, los hemos oído en incontables ocasiones. Dejando a un lado el hecho de que esta forma de gestionar nuestro territorio se encuentra directamente relacionada con nuestra crisis económica y los actuales índices de desempleo, hay que hacer hincapié en un cosa: que ambos argumentos (el de la demanda de viviendas y el del desarrollo) son esencialmente falsos. Es decir, que nuestros gobernantes municipales mienten descaradamente, y lo hacen plenamente conscientes de que nos engañan.

Con respecto a la demanda de viviendas, en Aranjuez basta con pasear un poco por las calles del centro para encontrar decenas los carteles de "SE VENDE" (tanto de viviendas como de locales comerciales). Aunque tal vez lo más sangrante sea que existen otros sectores urbanísticos, como el de La Montaña, en los que hay cientos (si no miles) de casas sin vender. No hace falta consultar a FADESA (la empresa encargada de la urbanización de La Montaña) ni al ayuntamiento, para comprobar el fiasco que ha resultado este proyecto. Y es que, en su día se anunció la urbanización de una de las mejores dehesas del sur madrileño, localizada en Aranjuez, como una verdadera oportunidad de progreso y de futuro. A día de hoy, la urbanización muestra en las fachadas de los chalets adosados numerosos carteles como éste:


También hay mucha prisa por alquilar casas. No obstante, la falta de demanda no sólo augura poco éxito a estos propietarios, sino que ha dejado cientos de parcelas en este estado:





En realidad, buena parte de La Montaña no ha sido construida, aunque las dehesas hace tiempo que son historia y sus encinas centenarias están muertas (pese a los "transplantes" alegados en los discursos políticos). Sin duda, el mercado y su volumen de negocio son los mejores termómetros para evaluar la situación de "oportunidades" que las empresas ven en nuestro modelo productivo en crisis. ¿Y qué mejor que un centro comercial para hacer esto tangible y palpable? En esta zona iba a instalarse un gran centro comercial, deslumbrante, brillante, otro monumento más a nuestra sociedad de consumo. Se llamaría Aranjuez Plaza. Pero, desde que en 2008 Carrefour anunciara que no se instalaría allí (no veía suficiente margen de beneficios, o se olía lo que estaba por llegar) el proyecto ha quedado en esto:



Un edificio fantasma que, silencioso y solitario, espera quién sabe qué milagro, mientras las hierbas se van instalando por todas partes:



De hecho, acercándose un poco parece un buen lugar para rodar una película de zombis:



Aunque la película podría tener una vertiente cómica, sobre todo aprovechando este cartel, en el que se anuncian las marcas que teóricamente iban a instalarse en el Aranjuez Plaza:



Se nos invita (en caso de que fueramos empresarios del ramo) a sumarnos a ellas, colocando espacios en los que se puede leer "tu logo". Y en el centro se nos informa: "Somos muchos pero aún tienes un hueco". Sí, más que un hueco es un centro comercial entero. O un gran agujero, según se mire.


Es decir, que en Aranjuez hay un exceso de viviendas, con muchas casas vacías y sin comprador a la vista.


En cuanto al segundo argumento, que defiende de un modo populista y superficial la necesidad del proyecto para acelerar o consolidar el desarrollo local, choca con una realidad muy tozuda: el sector de la construcción es de los que aporta un valor añadido más bajo, y de los que se han demostrado más insostenibles a medio plazo. En cuanto al mantenimiento del canal de remo, supondrá un agujero aún por calcular para las arcas municipales, que no podrá compensarse con los ingresos que pueda generar. Un municipio con un amplio superávit, podría afrontar unos gastos así, pero... ¿está Aranjuez en condiciones de hacer frente a este tipo de obras faraónicas y sus costes de mantenimiento? La ciudad arrastra una deuda galopante, de la que no podrá escapar utilizando el urbanismo, porque los tiempos de la especulación salvaje y de la burbuja han pasado para siempre.


En efecto, la realidad es mucho más tenebrosa de lo que parece, y tras la cantinela del "desarrollo", se encuentra la desesperada necesidad de financiarse, y aún peor: la absoluta incapacidad de indemnizar a la empresa ISOLUX, en caso de que el proyecto no salga adelante. Hasta ahora, los gobiernos municipales han estado gastando ingentes cantidades de dinero, que les llegaban de los promotores y constructores antes incluso de la aprobación definitiva de los PAUs. Es como vender la piel antes de cazar el oso. Ahora ya no hay ni piel ni oso, aunque sí un enorme agujero de deuda que pesa como una losa.


Este tipo de políticos locales parecen no comprender lo urgente que es buscar otras formas de gestionar el municipio. Aparentemente no entienden, o se resisten a aceptar, que los tiempos del dinero fácil han pasado, y que tendrán que asumir dos retos complejos: atender las necesidades de los ciudadanos con unos presupuestos mucho más reducidos que hasta ahora, y al mismo tiempo dar una respuesta responsable al agujero de la deuda pública. Muy al contrario, como sucede en tantos otros pueblos y ciudades, el equipo municipal de Aranjuez se empeña en una huida hacia adelante que no lleva a ningún lado, pero que causará daños medioambientales irreversibles y pesadas cargas económicas para el futuro. Mientras tanto, nos mienten con una sonrisa y un discurso retorcido. ¿Hay algo más alejado de la esencia de la democracia?


En honor a la verdad, el gobierno municipal de Aranjuez (del PSOE) no se encuentra solo en su confusión, en su falta de rumbo, y en su endeblez ideológica. Al margen de enfrentamientos puntuales con la oposición con motivo de las irregularidades que han rodeado la aprobación de Las Cabezadas, los otros partidos políticos presentes en el consistorio no han tenido gran cosa qué decir, ni han aportado otro modelo de desarrollo local. Y no sólo los políticos ribereños siguen sin ver más allá del modelo económico y laboral del ladrillazo: también diferentes organizaciones sociales, incluyendo los representantes sindicales locales. De hecho, esto se ejemplificó magníficamente el mes pasado, cuando nos encontramos con este artículo en la prensa:


Pacto del Empleo de Aranjuez reclama a la CM que "no ponga trabas" a Las Cabezadas


03 de marzo de 2011


Los miembros del Pacto Local por el Empleo de Aranjuez (CC.OO, UGT, FEDECAM y Ayuntamiento de Aranjuez) acordaron en su última reunión exigir a la Comunidad de Madrid que "deje de poner trabas administrativas y colabore lealmente con el Ayuntamiento de Aranjuez en el desarrollo y crecimiento de la ciudad, especialmente en la puesta en marcha Las Cabezadas y la unión de los Sectores IX-a y IX-b". La decisión se tomó tras conocerse en la reunión del Pacto celebrada el pasado viernes que la Comunidad de Madrid estaba paralizando el desarrollo de ambas zonas y, por tanto, paralizando el desarrollo de Aranjuez y, por ende, la creación de empleo, que es, a juicio del Pacto Local, "el primer objetivo en estos momentos", basándose en decisiones más que cuestionables y contradiciendo los acuerdos adoptados en 1996 por la propia Comunidad de Madrid.


En 1996, gobernando el PP en Aranjuez, la Comunidad de Madrid aprobaba el Plan General de Urbanismo de nuestra ciudad, que calificaba Las Cabezadas y los Sectores IX-a y IX-b como "suelo urbanizable y de desarrollo industrial respectivamente", sirviendo ese mismo Plan General como base legal que permitió al Ayuntamiento de Aranjuez la concesión del desarrollo urbanístico de Las Cabezadas a la empresa Isolux-Corsan.


CONTRADICCIONES


A día de hoy, la misma Comunidad de Madrid que aprobó el Plan General de Urbanismo, pone trabas administrativas al desarrollo de Las Cabezadas y de Aranjuez, aduciendo un "Valor Agrológico de la zona", valor que ya se contemplaba en el Plan General de 1996, pero que entonces no fue impedimento para que la zona fuera clasificada como suelo urbanizable a propuesta de la propia Dirección General de Urbanismo.


Algo similar sucede con los sectores IX-a y IX-b, que el Ayuntamiento está uniendo en un solo sector para hacer más factible su desarrollo industrial, pero que la Dirección General de Patrimonio Histórico, "excediéndose una vez más en sus competencias", en opinión del Gobierno Municipal, "pretende frenar poniendo en cuestión el uso industrial y contradiciendo, también una vez más, el Plan General de 1996". Estas contradicciones de la Comunidad de Madrid han sido las que han llevado al Pacto Local por el Empleo a solicitar al Gobierno regional que colabore lealmente con el Gobierno municipal ya que, "en caso contrario se estará coartando el desarrollo económico y social y la creación de empleo en Aranjuez".


COMUNICADO DEL PACTO


La exigencia a la Comunidad de Madrid forma parte de una resolución aprobada por los miembros del Pacto Local, en la que recuerdan que el desarrollo económico y la creación de empleo es la primera necesidad y el primer objetivo sentido por todos los miembros del Pacto por el Desarrollo Económico y el Empleo de Aranjuez. Para ello, según se explica, "la ciudad debe de crecer ordenadamente, respetando sus cualidades monumentales y medio ambientales que la hacen Paisaje Cultural Patrimonio Mundial, pero manteniendo el papel de cabecera de toda una gran comarca del sur de la Comunidad de Madrid".


A veces, fruto de la ignorancia, se identifica Aranjuez como mero lugar de ocio y disfrute de los placeres de la naturaleza, olvidando otros aspectos sociales, culturales y económicos que hicieron de Aranjuez un lugar ejemplo y representación de un sistema sociopolítico concebido como experiencia de propuestas y proyectos económicos, culturales, intelectuales, científicos y tecnológicos innovadores en su tiempo", se añade. "Nadie tiene derecho a cortar de raíz el desarrollo socioeconómico de Aranjuez y sus ciudadanos", señala el portavoz del Gobierno, José Luis Moreno, para quien "la ciudad debe de seguir creciendo y siendo lugar de oportunidades económicas, creación de empleo y calidad de vida".




Sorprende que, mientras que los representantes federales de los sindicatos CCOO y UGT defienden la necesidad de cambiar de modelo productivo, al igual que el PSOE a escala nacional, cuando se trata de los municipios las posturas sean radicalmente opuestas. ¿Se trata de intereses inconfesables? ¿Simplemente torpeza? ¿Las dos cosas?¿Nos merecemos los ciudadanos unos representantes como estos?


Es descorazonador observar como el absurdo sigue su curso. Recientemente hemos sabido por la prensa que, alegando silencio administrativo por parte de la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de Aranjuez ha decidido aprobar el sector. A esto, la CAM ha respondido advirtiendo que ese silencio administrativo no ha existido, y que de aprobarse el proyecto se trataría de un trámite absolutamente irregular. No sabemos hasta dónde llegará este culebrón, aunque sí parece que su futuro es muy negro. De comenzarse realmente, será otro gran fracaso, con graves consecuencias económicas y medioambientales. No sabemos dónde estarían, dentro de unos años, los responsables de semejante esperpento. Lo que sí sabemos es que los ciudadanos pagaríamos las consecuencias.

LA JUSTICIA ORDENA DERRIBAR UN COMPLEJO URBANÍSTICO EN CÁCERES

Otro ejemplo de cómo las administraciones pueden actuar infringiendo las leyes que deberían hacer cumplir, y del descaro con el que pueden hacerlo:



La ecologista gana y se va del pueblo

La justicia da la razón a Paca Blanco y ordena derribar un complejo turístico de lujo en una localidad de Cáceres - La activista sufre acoso y agresiones

19/03/2011

Lo que para muchos es un sueño a punto de hacerse realidad: disfrutar del macrocomplejo turístico Marina Isla de Valdecañas, en Cáceres, para Paca Blanco, coordinadora de Ecologistas en Acción en la comarca de Campo Arañuelo, es un infierno. Hace cinco años que sufre acoso y agresiones por haber denunciado la ilegalidad del complejo, construido en un paraje protegido, que pertenece a la red natura 2000, y que ha sido declarado por la UE como Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) y Lugar de Interés Comunitario (LIC). Muchos de los vecinos de El Gordo, municipio en el que se levanta el complejo, ven en las denuncias de Blanco una amenaza a los intereses económicos del pueblo, de 300 habitantes. Marina Isla de Valdecañas se encuentra a 160 kilómetros de Madrid, de donde procederán muchos de sus clientes, algunos de ellos, según Blanco, famosos del papel cuché, y contará con dos hoteles de 4 y 5 estrellas; casi 200 villas de lujo; un campo de golf y un puerto deportivo. El entorno de esta urbanización también es de lujo, está ubicada en una isla del Embalse de Valdecañas, enmarcada a por las Sierras de Gredos y de Las Villuercas.

Ecologistas en Acción lleva peleando en los tribunales desde 2007, cuando la Junta de Extremadura, entonces presidida por Juan Carlos Rodríguez Ibarra, aprobó un decreto para poder construir en la Isla de Valdecañas, como Proyecto de Interés Regional (PIR). Ahora el Tribunal Superior de Justicia ha dado la razón a los ecologistas por considerar que la urbanización no cuenta con las condiciones necesarias para ser un PIR, y por lo tanto ordena su derribo. La Junta recurrirá al Supremo.

El miércoles, día en que se conoció la sentencia, Blanco puso un fax a la Subdelegación del Gobierno en Cáceres pidiendo protección. Tenía miedo de que las agresiones que, presuntamente, viene sufriendo estos últimos cinco años pudieran acabar con una desgracia. Relata con aplomo que han tirado a su vivienda cócteles molotov. "Uno de ellos estuvo a punto de impactar contra una bombona de butano", cuenta. Le han roto varias veces los cristales de sus ventanas, han lanzado contra su casa huevos, incendiado su buzón y provocado daños en su coche por valor de más de 2.000 euros. Asegura que con ella no van a poder, pero también reconoce que no quiere poner en peligro a su familia y, en concreto, a su nieto de seis años que vive con ella. Así, ha puesto su casa en venta, quiere irse del pueblo.

"Agredirme y acosarme se ha convertido aquí en el deporte nacional. Hace cinco años lo hacía un grupo de menores, ahora han tomado el relevo otros. Lo hacen por lo que oyen en sus casas", dice. Los jóvenes a quienes ha denunciado solo se han disculpado por el incidente del buzón, el único del que existen pruebas. Lo han hecho a petición del alcalde, que no quiso hacer declaraciones a este periódico.

Blanco, de 62 años y 20 como ecologista, está acostumbrada a vivir con miedo. "Una vez en Navalmoral de la Mata (a 25 km de la Central Nuclear de Almaraz) me quemaron el coche por llevar una pegatina contra las centrales nucleares", relata.

Que no despierta simpatías en el pueblo es algo palpable. El propietario del Bar Las Cigüeñas, Teodoro Gutiérrez, lo confirmaba. "Esa mujer está empeñada en que por allí pasan aves, y por allí no pasa nada. Ha puesto el grito en el cielo, quizás demasiado alto, y en esas condiciones no puede tener a nadie del pueblo de su lado; el complejo beneficia a los bares, las tiendas y da trabajo". Gutiérrez sabe que se ha construido en zona protegida. "No pasa nada, no hace ningún daño", dice.A pesar de los sustos y sinsabores, Blanco está satisfecha con el fallo de los tribunales. Sabe que no se va a derribar el macrocomplejo pero espera que se condene a los implicados en la iniciativa, por la que se recalificó 1,3 millones de metros cuadrados no urbanizables de especial protección.

Ecologistas en Acción ha redactado un manifiesto de apoyo a Blanco, al que se están adhiriendo colectivos conservacionistas, intelectuales y artistas como la escritora Rosa Regás, el actor Alberto San Juan, el periodista y escritor, Isacc Rosa o los directores de Greenpeace y WWF-España, Mario Rodríguez y Juan Carlos del Olmo.


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