lunes, 4 de enero de 2010

VIAJE A MARRUECOS EN FIN DE AÑO

El pasado día miércoles 30 de diciembre, salimos muy temprano para el aeropuerto. Comenzaba un viaje de 4 días a Marruecos, que llevábamos meses organizando y en el que teníamos puestas muchas espectativas. El plan era visitar Marraquech, Agadir, pasar el fin de año en el nacimiento del río Massa, y después visitar Essaouira antes de regresar a Marraquech el sábado (donde haríamos noche antes de regresar a España). Lo cierto es que, espectativas aparte, lo pasamos muy bien, y yo personalmente regresé a Madrid encantado y con ganas de regresar (sobre todo a la zona del Massa).

Nosotros cuatro llegamos a Marraquech el miércoles bastante temprano, y como nuestro amigo Segundo llegaba sobre las 2 de la tarde desde Barcelona, fuimos a visitar la ciudad. Pero a mí, que soy muy poco urbanita y enseguida me agobian las aglomeraciones, no me entusiasmó especialmente. Sí, la ciudad, con su Kutubiya, su Jamaa al-Fna, es impresionante, pero el ambiente un poco asfixiante. Por no hablar del tráfico: conducir por allí es como vivir dentro de un videojuego de lo más arriesgado.

Cuando llegó Segundo nos fuimos en nuestro coche alquilado hasta Agadir, siguiendo la ruta Marraquech-Chichaoua-Agadir. Nos pasó un poco de todo: nos metimos en una autovía de peaje que no llevaba a ninguna parte, se nos cruzó una oveja, se nos puso delante un conductor suicida que conducía por la izquierda... Pero bueno, llegamos a nuestro destino, Agadir, y allí nos recibieron nuestros amigos Leyre y Olivier. Después de recuperarnos de nuestro viaje, fuimos a cenar a uno de mis lugares favoritos de la ciudad, donde ponen unas hariras de ensueño, como las que nos tomamos aquella noche:


A la mañana siguiente, nos levantamos con Leyre y desayunamos tranquilamente. En el jardín de la casa de Olivier se podían observar fácilmente varias especies de aves, pero sobre todo tres: cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), bulbul naranjero (Pycnonotus barbatus) y urraca mauritánica (Pica pica mauritanica). Esta última se diferencia de la subespecie nominal por presentar una zona de piel desnuda de color azul detrás de los ojos. Esas urracas bajaban incluso a comerse el pienso de los perros de la casa, con todo el descaro. Aquí uno de los cernícalos que anidan en las palmeras del jardín de la casa:

Entre tanto Olivier se había ido ya al campamento que organiza para turistas, en el nacimiento del Massa, y en el que iríamos a pasar la Nochevieja. Tenía muchas cosas que preparar, mucho trabajo por delante, así que se fue temprano. Nosotros pasamos la mañana paseando por la playa y comimos en una terraza del paseo marítimo. A las 2 de la tarde (bueno, más tarde en realidad) nos encontramos con el resto de los amigos y conocidos que vendrían con nostros al campamento. Y una vez todos juntos partimos hacia el sureste. El trayecto, de dos horas aproximadamente, discurría por las llanuras del Souss y pasaba por pueblos, pero el último trecho era por una pista de tierra (y muchas piedras) que atravesaba una zona de terreno más accidentado. La vegetación dominante era esteparia con manchas de arganes, pero dado el pastoreo y la deforestación intensivos que ha sufrido la zona desde hace milenios, seguramente estaba cubierta inicialmente por bosques de arganes, terebintos, dragos y otros árboles propios del suroeste marroquí. La preocupación por la deforestación llega incluso a las administraciones públicas, que están reforestando algunas áreas (como pudimos observar desde el coche). Y es que la superficie poblada de arganes se ha reducido en un 50% en los últimos 100 años.

Al acercarnos al campamento, nos bajamos de los coches para contemplarlo desde lo alto. Aquí Leyre nos explica el origen del zoco abandonado junto al que se encuentran las jaimas.


El declive y abandono del lugar se produjo tras la construcción de un embalse aguas abajo, en el río Massa, que anegó un valle fértil que suministraba gran parte de los productos con los que se comerciaba allí. Además, tras la inundación del valle buena parte de la población local emigró. Actualmente quedan algunos pueblos y aldeas en los alrededores, pero el zoco no ha vuelto a ser utilizado. Dentro del proyecto del campamento que ha levantado Olivier, conocido como L'Oasis des Tortues (El Oasis de las Tortugas), se encuentra la restauración de los edificios históricos. Por ejemplo, en esta foto se puede observar la plaza que se ha recuperado bajo el árbol de los juicios:


Bajo ese enorme algarrobo, varias veces centenario, se celebraban juicios y se dictaban sentencias. Sin embargo, el lugar sólo quedó expuesto tras ser excavado cuidadosamente, ya que llevaba décadas enterrado.

A nuestra llegada, nos recibió un grupo de músicos gnaua, contratados por el campamento entre la población local. Casi todo el personal es de los pueblos de la zona, lo que supone una fuente de puestros de trabajo en una zona muy deprimida económicamente.


Pero sin duda, el principal valor del lugar es su belleza. El río Massa, uno de los más importantes del sur de Marruecos, nace a unos cientos de metros de las jaimas, alimentado por dos manantiales poderosos. Tanto, que ya en su cabecera el río parece llevar más caudal que nuestro Jarama en su curso medio. Riega una vegetación ribereña verde, que parece impensable en el entorno árido de las inmediaciones:


Así, se encuentran abundantes palmeras, adelfas, juncos, ... Verdor por todas partes. Aquella tarde, al poco de llegar, nos dimos un paseo muy agradable. Nos cruzamos con varios lugareños, todos muy amables. La gente de la zona, de lengua bereber, es en gran parte negra o muy oscura de piel, ya que se asentaron allí un buen número de esclavos libertos en el pasado. Íbamos charlando animadamente, conversando de esto y lo otro, cuando nos cruzamos con dos grupos de jabalíes: uno corrió río arriba y cruzó el camino para subir por la ladera cubierta de matorral espinoso, y el otro río abajo sin abandonar la vegetación ribereña. Fue increíble. No los conseguimos fotografiar, aunque en aquel paseo si hicimos alguna que otra foto de la fauna local, como a este extraño saltamontes con forma de palito verde:


Ya de vuelta en el campamento, se fueron ultimando los preparativos para la fiesta de Nochevieja. Aquí, preparando el pan de la cena:


La verdad es que nos divertimos mucho, y aunque gran parte de la gente nos era desconocida enseguida se generó un ambiente muy agradable. Estuvimos tomando algo al aire libre, y ya de noche vimos salir la luna llena detras de las montañas. ¡Y qué luna! Era enorme, extremadamente brillante, y me dio la sensación de que se desplazaba muy deprisa. Olivier nos comentó al día siguiente que se había producido un pequeño eclipse aquella noche, y que además se dio plenilunio, con lo cual astronómicamente fue una noche muy interesante también.

Cuando llegó el momento de cenar, entramos en el comedor, que estaba situado en una gran jaima. La cena fue una maravilla, y también muy divertida, sobre todo al final. Esta fue la ensalada (riquísima, por cierto):



Los entrantes también estaban muy buenos, y el tayín de pollo con pasas y verduras fue de antología. El postre consistió en una fondí de chocolate y frutas, con helado. En cuanto a las campanadas, como no había ni tele ni radio, ni electricidad, pues las dió Olivier golpeando una sartén con una cuchara. Y en vez de uvas..., comimos pasas. A esto siguió la fiesta propiamente dicha, con música de los gnaua (entre los que había uno que daba saltos propios de un ninja bien entrenado), y también música de otro tipo que pudimos escuchar gracias a la vatería de un coche. Lo pasamos muy bien, pero curiosamente la gente se fue acostando a una hora prudente.
Nosotros fuimos de los últimos, y nos metimos en la jaima a las 2 de la mañana. De ese modo, por la mañana no nos levantamos demasiado tarde, y eso permitió que disfrutásemos de un buen rato en la zona. Decidimos dar un paseo, y mientras nos organizábamos filmé un rebaño de ovejas y cabras con el que nos acabaríamos cruzando (para desconsuelo del pastor, que tuvo que recoger los animales dispersos por los perros).


Una de ellos, una pastora belga llamada Dune, demuestra aquí lo atlética que es:


Ya saliendo del campamento pudimos ver el antiguo zoco desde varios puntos de vista. Alicia y yo coincidimos en que nos recordaba a la ciudad abandonada del Libro de la selva, donde vivían los monos:


Al parecer en la zona ya no hay monos, macacos de Berbería, aunque subsiste una fauna muy interesante. Además de observar varias especies de aves, incluidos muchos bulbules que nos despertaron al amanecer, es fácil encontrar madrigueras y huellas de diversos roedores. En la zona viven gerbillos y ardillas morunas. Pero entre los animales más raros, Olivier ha visto grupos de gacelas bajar a beber al Massa.


La gacela del Atlas (Gazella cuvieri) se encontraba antaño extendida por casi todo Marruecos, y ocupaba una gran diversidad de hábitats: desde bosques de cedros y robles, hasta altiplanos pedregosos y áridos, pasando por el matorral mediterráneo y las sabanas con arganes. Otra especie de gacela, la dorcas (Gazella dorcas) era también muy común en las zonas áridas y semiáridas, como las dunas costeras del sur, los desiertos y las estepas secas. Ambas especies eran abundantes, incluso durante la época de los protectorados francés y español. Los relatos de colonos europeos, afincados en el país durante ese periodo, indican que las manadas de gacelas pasaban tan cerca de los pueblos que podía abatírselas desde las ventanas de las casas. En el Sahara ocupado por los españoles, Valverde observó manadas de gacelas, antílopes como el órix cimitarra, mohor, avestruces, así como arruíes, hienas, leopardos y guepardos. Pero en unas décadas la gran fauna había sido exterminada, de una forma verdaderamente implacable. Incluso las gacelas, tan difíciles de ver y tan veloces, se encuentran seriamente amenazadas. Por este motivo es tan valiosa la población de estos animales que vive en las inmediaciones del campamento, y que se dejan ver de vez en cuando. Esperemos que se vayan recuperando.

Pudimos ver varios cormoranes grandes, posados, pescando y volando. Los cormoranes grandes de Marruecos pertenecen a una subespecie diferenciada, que sólo se encuentra en el noroeste de África: (Phalacrocorax carbo maroccanus).


Para los europeos, llama la atención la blancura de su vientre, pecho, garganta y cara, ya que los cormoranes grandes de nuestro continente son simplemente negros. En realidad los del Massa se parecen mucho más a los cormoranes del África tropical (Phalacrocorax carbo lucidus), aunque tienen incluso más cantidad de blanco en el plumaje. La lástima fue que no dejaban que nos acercáramos demasiado, así que las fotos no quedaron como para lucirse.

Otros animales no se hacen de rogar a la hora de observarlos de cerca. Sin ir más lejos, los galápagos leprosos (Mauremys leprosa) que dan el nombre al campamento. Y es que son muy abundantes y fáciles de encontrar tomando el sol sobre las piedras y en las orillas del río:


El galápago leproso es un geoemídido cuya área de distribución mundial se limita al noroeste de África y el centro y sur de la Península Ibérica. Es, por tanto, una de esos seres vivos que compartimos casi en exclusiva España y el Magreb. Al parecer en la región del Souss se ha descrito una subespecie propia de la zona (Mauremys leprosa marokkensis), que seguramente sea la que habita las inmediaciones del campamento:

Y ya una vez llegamos a la orilla, hacía tan buena temperatura, el agua bajaba tan limpia, y el lugar era tan bonito, que lo que apetecía era un buen baño:

¡Y eso que era día 1 de enero! Los que no nos metimos de cabeza en el agua pudimos fotografiar agusto. Por ejemplo, esta especie de libélula:


Se trataba de una de las varias formas de estos insectos que revoloteaba por allí. En aquel rato distinguí cuatro especies diferentes. Teniendo en cuenta que existen especies de libélulas que sólo vuelan unos meses al año, y que el invierno es la peor época para observarlas, la diversidad de odonatos en la zona debe ser muy elevada. También era muy numerosa una especie de caracol acuático, que se desplazaba por las rocas y cantos sumergidos:

Vista de cerca, era claramente una forma de bígaro de agua dulce. Poseía una tapa dura que encerraba erméticamente al animal cuando se retiraba dentro de la concha. Ignoro también de qué especie se puede tratar.
Y, en fin, después de pasar la mañana metidos en el río, llegó el momento de recoger y marcharnos. Regresamos a Agadir, donde pasamos la tarde paseando (aunque Segundo y Elena aprovecharon para que les dieran un masaje de una hora). Y por la noche, nos fuimos a cenar con Leyre y Olivier. Estuvimos comentando el fin de año en el campamento mientras nos comíamos unos cuscús:


Sí, un poco fuerte antes de dormir, pero teníamos antojo... Por cierto, a quien le pueda interesar visitar el campamento, ésta es su página web: http://www.oasis-des-tortues.com/
Al día siguiente partimos para Essaouira, siguiendo la carretera de la costa. Pude admirar una vez más la belleza de la costa marroquí del sur de Marruecos, salvada por la crisis inmobiliaria de ser devorada por hoteles, urbanizaciones y campos de golf. Al menos de momento. El mar azul con olas increíbles se extendía a lo largo del litoral montañoso. Hicimos una parada y nos asomamos a ver el océano. Encontramos entonces unas mujeres mariscando. La vegetación arbustiva se econtraba dominada por el argán (Argania spinosa). Este árbol, importantísimo en la región desde el punto de vista económico, pertenece a la familia Sapotaceae, aunque recuerda al olivo. Se encuentra en el suroeste de Marruecos (por el norte hasta Essaouira solamente), y en la región de Tindouf en Argelia. Debido a que había llovido recientemente, podía verse como reverdecían en las laderas resecas, ya que el argán brota siempre y cuando llueva (aunque sea invierno):


Pero debido a la deforestación intensiva, lo que domina a lo largo de la costa es una vegetación rala de matorrales resistentes:


Sorprendentemente, son muy abundantes dos o tres especies de cactos pequeños, como se puede apreciar en la foto. Allí donde los arganes son mayores y forman bosques, era muy fácil ver desde la carretera rebaños de cabras... ¡subidas a los árboles!

Y ahí arriba comían las hojas y los frutos de los arganes, poniéndose las botas. Ya en Essaouira, aprovechamos para darnos una vuelta por la entrada de la ciudad antes de comer.

Y comimos, como no, pescado asado, fresquísimo, junto al puerto. Concretamente una salpa (Sarpa salpa), sardinas (Sardina pilchardus), unos salmonetes (Mullus surmuletus) enormes, y un lenguado (Solea sp) grande.


Tras la comida nos dimos un paseo, nos tomamos un café en una terraza con unas vistas muy bonitas, y después nos dirigimos al zoco de las especias. Esa zona de la ciudad es mucho menos turística que las calles centrales y la entrada, y mucho menos agobiante.

También desde el punto de vista biológico. Por ejemplo, David fotografió estos escribanos saharianos (Emberiza sahari):
.

Estaban posados en un toldo, muy juntitos. No nos dimos cuenta de sus intenciones hasta que, en un descuido del tendero del puesto de comida que quedaba debajo, se abalanzaron sobre los sacos de arroz:


Esta especie de emberícido coexiste en el sur de Marruecos con el gorrión en ciudades, pueblos y áreas agrícolas. Es muy fácil de encontrar, incluso en el interior de los edificios del aeropuerto de Marraquech. Sin embargo, nunca los había observado robando grano de unos sacos abiertos. ¡Aquí está la prueba de que si pueden lo hacen!

El viaje ya iba acabando. Tras pasar la tarde muy agusto en Essaouira, comprando y disfrutando del ambiente, cogimos otra vez el coche para ir a Marraquech. Allí todo se complicó un poco, sobre todo por la mañana, cuando nuestro vuelo se retrasó 7 horas. Pero eso ya es otra historia, y nos quedamos con lo mucho que disfrutamos esos 4 días.

12 comentarios:

  1. Hola soy Vicente de Testudines.org
    Muy bueno el articulo.
    Quisiera pedirte permiso para publicar tus fotos de galapagos leprosos en testudines.org, logicamente con las credenciales y enlaces que nos pidas.
    taxista@testudines.org

    ResponderEliminar
  2. Bonito e interesante viaje.... y muy bien contado.

    ResponderEliminar
  3. Gracias a los dos, la verdad es que ha sido una pasada, y quiero repetir para explorar más tranquilamente.

    Vicente, me pongo en contacto contigo por mail, te escribo a taxista@testudines.org

    Saludos

    ResponderEliminar
  4. Muy buen reportaje.
    Qué ganas tengo de visitar esas tierras que tenemos tan cerca y parecen tan lejanas...

    ResponderEliminar
  5. Muchas gracias!! Pues te animo a que lo hagas, Marruecos es increíble, y hay todavía mucho que descubrir allí.

    Saludos

    ResponderEliminar
  6. Que bien te lo has montado Miguel. Ha sido un viaje vivido y contado con una enorme pasión y entrega. Lo has disfrutado sin duda con gran curiosidad.
    Miguel, tenemos que regalarnos unas cámaras de fotos para jubilar las viejas. Con un buen objetivo, toda esa fauna tan representativa, estaría ahora, en primer plano.

    Me ha entretenido y gustado el reportaje, y me ha llamado la atención el oportunismo de la urraca con la comida de los perros. Recuerdo realizando un trabajo en la parte baja de una fachada, que una familia de ratas, atravesaba la rama seca de un arbusto para sortear un altillo y acceder a la caseta del perro para atracarse de su pienso. Todo ocurría al atardecer. A la mañana siguiente, encontraba sobre el asfalto, alguna baja de la expedición.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  7. ¡Cuánta razón tienes, Javier! Afortunadamente los Reyes se han portado bien y me han traído una cámara nueva y mejor (aunque nada de un objetivo de esos fantásticos) y un trípode. Al menos con el trípode los vídeos dejarán de salirme movidos (muchos los deshecho por eso).

    Lo de las urracas era para verlo: se te ponían a tres metros si te descuidabas, para hacerse con los restos del desayuno o el pienso de los perros.

    Saludos

    ResponderEliminar
  8. Envidiable viaje a Marruecos, Miguel. Siempre compensa recorrer aquellas tierras tan exóticas y, a un tiempo, familiares para nosotros.

    Al menos, una de esas especies de plantas crasas que fotografiaste en la costa diría que es una Euphorbia muy semejante a los cardones de Canarias.(Me refiero a la más gruesa y con espinas).

    Saludos y a seguir corriendo mundo.

    ResponderEliminar
  9. Fcº Javier, muchas gracias, ya decía yo que era muy raro eso de ver cactos tan extendidos por Marruecos. He estado mirando en google fotos de Euphorbia, y algunas se parecen mucho a esas plantas del litoral marroquí (aunque no he dado aún con la especie exacta). Tengo entendido que los cactos son propios de las américas. Desde luego el parecido es asombroso, supongo que un caso bastante extremo de evolución convergente.

    Saludos y gracias

    ResponderEliminar
  10. Salut Miguel, tu vas bien?
    Super ton article, plein de jolies photos du Maroc. C'est génial que tu mettes les noms en latin, je les ai tous notés!
    Je pensais que les cormorans (phalacrocorax) qui sont à l'Oasis des Tortues étaient des Phalacrocorax desmarestii, je me trompe? Je crois que tu es meilleur naturaliste que moi !
    Et les gazelles, cuvieri et dorcas, sont encore dans les environs de l'Oasis? J'aimerai beaucoup en voir!
    Je te tiens au courant de mes observations naturalistes! A bientôt Miguel!
    Saludos y gracias

    ResponderEliminar
  11. Eh, Maxime, salut, ça va? Merci pour ecrire ici, et merci pour faire l'effort de lire en espagnol!!!

    Avec Phalacrocorax desmarestii je crois que tu veut dire Phalacrocorax aristotelis desmarestii, que c'est une sous-espèce de cormoran huppé (ou non?). Cette espèce de cormoran ne entre pas dans les rivières, il rest dans la mer. Les oiseaux du Massa sont d'une autre espèce, le grand cormoran (Phalacrocorax carbo). Et bien sur qu'il y a des gazelles dans les environs de l'Oasis, c'est Olivier qui m'a raconté!! Moi aussi, j'aimerai en voir...

    Bon, Maxime, on reste en contact, et raconte-moi
    tout ça que tu vois la bas, tu as la chance!!!!

    A bientôt, et merci

    ResponderEliminar
  12. Ola Miguel, como esta?
    J'ai eu le temps ces derniers temps de faire quelques observations ornithologiques. Je te transmets la liste de ce que j'en ai déduit :
    Passer domesticus
    Phoernicurus moussieri
    Turdus merula
    Emberiza sahari
    Ardea cinerea
    Tachybaptus ruficollis
    Emberiza cia
    Pycronotus barbatus
    Falco tinnunculus
    Galerida theklae

    Voilà en tout cas un début de liste des espèces présentes. Mais je n'ai malheureusement pas beaucoup de temps pour observer...

    A bientôt Miguel!

    ResponderEliminar