Este pequeño curso de agua ha sido agredido brutalmente desde hace décadas, debido a que fluye por una zona de fuerte desarrollo. el trazado y dimensiones actuales de la carretera de Valencia (A-3) destruyó en gran medida la llanura de inundación de su tramo bajo, lo que comenzó a provocar problemas por crecidas en épocas de tormentas. ¿La solución? Por supuesto se encauzó y se canalizó hasta su desembocadura, con unas buenas escolleras y un generoso aporte de cemento.
Pero los problemas continuaron aguas arriba, esta vez por la urbanización de zonas aledañas (construcciones de la Cañada y de los nuevos sectores de Rivas), todo ello agravado por el impacto producido por la construcción de la M-50 (que atraviesa y obstaculiza el cauce). ¿Solución? Pensemos qué se haría en un país civilizado. Ahora regresemos a España: aquí se canalizó con cemento y escolleras prácticamente todo lo que quedaba del arroyo (insisto, es un parque natural). No obstante, en uno de esos alardes de cinismo al que tan acostumbrados nos tienen nuestros gobernantes, el Ayuntamiento de Rivas lanzó un proyecto para llenar de árboles las inmediaciones de las recientes obras de canalización. Una de cal y una de arena (aunque como veremos, finalmente es todo cal). Diferentes grupos ecologistas llevaban tiempo denunciado este plan, debido al manifiesto interés del gobierno municipal para crear un parque urbano en una zona protegida (recordemos que Rivas apenas cuenta ya con suelo no protegido por el Parque del Sureste, tras su particular orgía del ladrillo). Dejo aquí un artículo de Ecologistas en Acción:
http://www.ecologistasenaccion.org/article19245.html
Entre tanto, podíamos leer esto en la página web del consistorio:
http://www.rivasciudad.es/portal/contenedor_ficha.jsp?seccion=s_fnot_d4_v1.jsp&contenido=11742&nivel=1400&tipo=8&codResi=1&language=es&codMenu=99&codMenuPN=36
Con afirmaciones como:
Rivas se acerca al árbol por habitante
Tras la plantación masiva que tuvo lugar en el arroyo Los Migueles el pasado
domingo, el entorno ripense cuenta con 5.000 ejemplares nuevos.
La campaña 'Tu árbol, nuestro bosque', que se había iniciado en
los primeros días de febrero, consiguió hacer llegar a la población de Rivas la
importancia del compromiso individual y colectivo en la tarea de plantar el
mayor número de ejemplares para que se unan a los 55.000 con los que ya cuenta el municipio en su zona urbana.
La campaña, que llamaron "Tu árbol, nuestro bosque", se inició en febrero de 2011 y ha continuado en 2012. No obstante, los políticos municipales han considerado adecuado concentrar el grueso de las plantaciones en el día del árbol (mes de marzo). Se trata de una fecha inapropiada, aunque muy oportuna propagandísticamente, y además se utilizaron especies inadecuadas para las condiciones locales (incluyendo algunas exóticas). El resultado ha sido la muerte de casi todos los árboles en pocos meses. En relación con eso, el día 3 de octubre los colectivos ARBA, Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en
Acción, GRAMA y Jarama Vivo lanzaron esta nota de prensa:
MUERE LA MAYOR
PARTE DE LA PLANTA REFORESTADA POR EL AYUNTAMIENTO DE RIVAS
VACIAMADRID
El
90% de la planta sembrada en las reforestaciones de 2011 y 2012, en el paraje
del arroyo de Los Migueles, dentro del Parque Regional del Sureste, en Rivas
Vaciamadrid, está seca. Así lo han comprobado los colectivos ARBA, Asociación
Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo.
Además la mayor parte de las especies elegidas no son las más adecuadas para
esos terrenos o incluso no son propias de la zona. Estos
colectivos achacan el fracaso al hecho de que la administración prioriza el
negocio de la repoblación y el efecto mediático a la restauración real. El
resultado es el despilfarro de dinero público y un fraude a la
ciudadanía.
Durante los
meses de marzo de 2011 y 2012 el Ayuntamiento de Rivas realizó sendas
reforestaciones, con una importante participación ciudadana, en lo que han
querido denominar “Parque Forestal de Los Migueles”. Entre la primera y la
segunda se plantaron alrededor de 5500 pies de especies supuestamente autóctonas
y propias de la zona del sureste madrileño1. Para ello, el
equipo de gobierno de Rivas Vacimadrid hizo una importante labor propagandística
entre toda la población ripense y se consiguió movilizar a más de 7.500 vecinos,
entre las dos repoblaciones.
En tan sólo
siete meses desde la reforestación de 2012 (y algo más de año y medio de la
primera) las cosas son muy diferentes. Según han podido valorar los colectivos
ecologistas más del 90% de la planta reforestada está seca. En la plantación de
2011 se estima que las marras (plantas secas) superen el 90%. En la de 2012, las
plantas muertas, junto al camino de acceso, son del orden del 60%, mientras que
el grueso de la plantación tiene aproximadamente un 90% de marras.
Este fracaso
tiene que ver con la época elegida por el Ayuntamiento para la plantación. En un
terreno tan alterado como la finca de Los Migueles hacer esta actuación entrado
el mes de marzo está asegurado no tener éxito. Las plantas, criadas en
condiciones óptimas en viveros, son incapaces de desarrollar sus raíces en plena
primavera. El día del árbol (12 de marzo) no es una buena época para plantar.
Alcaldes y concejales deberían buscarse otra fecha para hacerse la foto vestidos
de amantes de la naturaleza.
Igualmente
influye en el posible éxito de la plantación las especies elegidas por los
técnicos del Parque Regional del Sureste y del Ayuntamiento. La mayor parte no
son propias de los suelos donde se ha actuado o bien no son propias del sureste
madrileño. Incluso algunas de ellas tampoco son especies de la Península
Ibérica2. La normativa
del Parque Regional del Sureste incorpora un catálogo de especies que ni el
Ayuntamiento ni la Dirección del Parque han querido tener en cuenta.
Desde el punto
de vista de la calidad ambiental de la zona hay que lamentar que la
reforestación se haya hecho en línea y no en rodales. Esto incrementa la
artificialidad de la zona y más si se pretende que esta finca se convierta en un
parque forestal.
Los colectivos
ecologistas ya advirtieron en diciembre de 2010 de lo inadecuado de las
intenciones municipales3. Estas
actuaciones sin criterio no sólo tienen un precio ambiental. El equipo de
gobierno municipal de Rivas Vaciamadrid es responsable de haber tirado dinero
público por permitir utilizar miles de especies que ni son adecuadas ni han
pervivido. A lo que hay que sumar el fraude y el engaño que ha supuesto a miles
de ciudadanos bienintencionados que han dejado su esfuerzo y su ilusión para el
lucimiento de un Alcalde y unos concejales con escasa conciencia ambiental.
Comarca del Sureste, 2 de octubre de
2012
Yo añadiría: Por favor, señores, no planten más árboles. La naturaleza, a la que tanto mencionan, se lo agradecerá.
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