Ayer, 17 de junio de 2013, el presidente Mariano Rajoy y el príncipe Felipe inauguraron el AVE entre Madrid y Alicante. Hubo un tiempo en que, en una ocasión así, el presidente se hubiera sentido enormemente satisfecho, conocedor del entusiasmo que tal inauguración producía en la ciudadanía. No obstante, las cosas han ido cambiando en los últimos seis años. Ya no son lo que eran y prueba de ello son los abucheos que Rajoy recibió ayer.
La actual situación de crisis, los recortes que cercenan nuestros derechos pero que no afectan a instituciones poderosas y, en general, la sensación de que nos hallamos gobernados por una casta corrupta, tienen mucho que ver con ese cambio de actitud. Sin embargo, no es menos cierto que esos mismos gobernantes (y otros similares en muchos sentidos) supieron utilizar el mito del desarrollo para embaucar a la ciudadanía durante años. ¿Nos acordamos de cuando nos enorgullecíamos de nuestra red de trenes de alta velocidad, cada vez más extensa? Sí, sí, cuando la Ciudad de las Artes y las Ciencias nos parecía el futuro, que cada vez seríamos más ricos e incluso (¿sería posible?) aún más modernos.
No obstante, nuestros sueños, cocinados cuidadosamente en los medios de comunicación, se han ido volviendo pesadillas. De pronto, un día nos levantamos por la mañana y nos dimos cuenta de que las líneas de AVE eran carísimas de construir y más aún de mantener. Que, en su mayoría, se encontraban infrautilizadas hasta unos niveles absurdos, porque son muy caras y (contra todo pronóstico) el español medio no es rico. Que, siendo un medio de transporte elitista y dirigido a un tipo muy concreto de viajero, se ha utilizado como excusa para desmantelar servicios de trenes de media distancia que comunicaban numerosos pueblos a un precio asequible. Que, en definitiva, el AVE crece pero deja tirado al pueblo llano; que es un escaparate ruinoso y una coartada para que unos y otros gobernantes puedan prometer y después inaugurar nuevos tramos.
Nos encontramos ante un caso claro en el que el poder (en este caso principalmente político) utiliza un mito asumido por la sociedad en su propio provecho. No, no estamos hablando de los incas usando un eclipse de sol para atemorizar a sus súbditos, ni de un papa medieval exacerbando el fanatismo religioso para lanzar una cruzada. Es interesante ver que las cosas funcionan de una forma muy parecida hoy en día. Los gobernantes se apropian del mito de la modernidad (que, recordemos, en nuestra cultura se encuentra estrechamente ligado al mito del desarrollo), y se comportan como gurús que nos guían hacia ese futuro luminoso. De hecho, hemos visto al PP y al PSOE compitiendo por ver quién construía más km de vías de alta velocidad. Se trata de una dinámica altamente irracional, por ser completamente insostenible y, además, profundamente injusta para el mismo pueblo que la aplaude.
Estamos a las puertas de una serie de aumentos en el precio de la energía, que irán profundizando esta crisis sistémica durante las próximas décadas. En realidad, deberíamos hablar de descenso en la entrada de energía a nuestro sistema económico y productivo, como resultado del agotamiento de los combustibles fósiles. Es algo que ya ha comenzado, pero que se acelerará paulatinamente. Los sistemas de infraestructuras complejos y caros son muy sensibles a este tipo de perturbaciones. Primero porque requieren de ingentes cantidades de energía y materiales para su mantenimiento. Y, en segundo lugar, porque se han instalado sobre otras infraestructuras anteriores y más antiguas, que tienen sus propios problemas derivados del envejecimiento. Con el tiempo, los costes para mantener tales monstruos se disparan, pero, dada la fuerza de la idea de "progreso", su desmantelamiento se vuelve inviable por ser extremadamente impopular.
Como ejemplo consumado, tenemos la red de autopistas de peaje de la Comunidad de Madrid. Innecesaria, ruinosa, mal planteada, se ha convertido en una verdadera losa para la economía madrileña y estatal. Sin embargo, lejos de plantearse su desmantelamiento o, al menos, su cierre, tanto el anterior gobierno socialista como el actual del PP han aprobado una serie de rescates millonarios para evitar la quiebra de las empresas concesionarias (privadas). Un verdadero esperpento, un espectáculo bochornoso que además nos arruina. Pero, ¿quién dice que no al desarrollo?
Dejo un artículo al respecto:
Fuente:
Los desvaríos del AVE: 1.920 millones para ahorrar una hora de viaje
“Ustedes son ricos, nosotros esto no nos lo podemos permitir”, dijo el secretario de Estado de Transportes estadounidense Ray Lahood en 2009 al entonces ministro de Fomento, José Blanco, durante la visita que realizó a España para conocer el funcionamiento de la alta velocidad. Una frase que define bien lo que ha ocurrido con el AVE en España durante la época de despilfarro de dinero público.
El príncipe Felipe y Mariano Rajoy han hecho hoy el viaje inaugural del AVE de Madrid a Alicante. Un viaje que podrá hacerse en sólo dos horas y veinte minutos. Ambos han estrenado una inversión de 1.920 millones de euros y nueve años de trabajo para reducir en una hora el tiempo del viaje que hasta ahora hacía el Alvia por vía convencional.
Un nuevo capítulo de otra de las burbujas que han desangrado las arcas públicas, la de la alta velocidad. España, con 3.120 kilómetros, tiene la mayor longitud de líneas de alta velocidad de Europa, sólo superada en el mundo por China. Además, todavía existen más de 1300 kilómetros en construcción.
La inversión en alta velocidad durante los últimos 20 años supera los 40.000 millones de euros, con un coste de mantenimiento anual de 400 millones de euros para el transporte más minoritario que hay en España después del marítimo de cabotaje y el autobús de larga distancia.
Según el Instituto Nacional de estadística (INE), de los 45.468.000 viajeros que usaron el tren como transporte el pasado mes de abril, sólo 2.102.000 utilizaron los trenes de larga distancia. Eso no impide que las 48 líneas afectadas por los recortes del Ministerio de Fomento sean las de media distancia, líneas con un uso superior al de la larga distancia.
En el año 2011, de los 590 millones de viajeros que usaron el tren en España, sólo 18,6 millones usaron el AVE.
Durante la inauguración del trayecto Madrid-Alicante, un grupo de personas abucheó a los príncipes y a las autoridades políticas allí presentes, entre ellos la imputada por el caso Brugal y alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo. Los manifestantes, varios centenares, protestaban por el “derroche” y la “aberración” que significa el AVE, la “desaparición” de trenes alternativos y el “abandono” del servicio de cercanías.
Nueve pasajeros diarios
Uno de los casos paradigmáticos de esa “aberración” que suponen algunas de las líneas de alta velocidad que se han construido en España fue el del trayecto Albacete-Toledo. Si bien no se construyó una línea ad-hoc, sino que simplemente se puso en circulación un tren aprovechando las líneas ya construidas que unían Madrid-Toledo, Madrid-Cuenca-Valencia y la parte construida de la línea Madrid-Alicante-Murcia, su puesta en funcionamiento tuvo unas pérdidas diarias de 18.000 euros durante los seis meses que estuvo en funcionamiento al ser usada diariamente sólo por nueve pasajeros.
Variante de Pajares
El túnel de Pajares es una de las obras civiles más grandes que se han acometido en España. Esta variante que busca salvar el paso de la cornisa cantábrica es imprescindible para unir León con Oviedo y así establecer la línea que unirá la capital asturiana a Madrid en tan sólo tres horas. El túnel de Pajares empezó a construirse en 2006 y en 2011 se pararon las obras concluidas al 97% con un coste superior a los 3.000 millones de euros. A pesar de que la ministra de Fomento, Ana Pastor, aseguró que las obras estarían finalizadas en el segundo semestre del año 2012 las obras no se han reanudado. Pastor garantizó este año que finalizarían en 2014
Gastos por encima del presupuesto
El Tribunal de Cuentas, en su informe de fiscalización de las principales contrataciones relacionadas con la construcción de la línea férrea de alta velocidad Madrid-Barcelona, concluyó que las obras que fueron adjudicadas con un presupuesto de 6.822 millones de euros costaron al erario público finalmente 8.966 millones de euros. Un desfase de más de 2.000 millones de euros, lo que suponía una desviación del gasto por kilómetro construido de más del 31,4%.
Estaciones de paseo
Estaciones de AVE en pueblos con menos de 1.000 habitantes. Ese es el caso de Tardienta, en Huesca. Una población situada en Los Monegros que basa su economía en la harinera del pueblo y los molinos eólicos. Esta estación incluida en la línea que une Zaragoza y Huesca tiene el honor de ser la estación con menor uso de la red ferroviaria española. Según estadísticas de la propia RENFE, de allí salieron 426 viajeros en todo el año 2012. Una línea de AVE que presta un servicio que tuvo un coste de 80 millones de euros y en la que los habitantes de Tardienta ven cómo 9 de cada 10 veces que el tren para en su estación, se va sin que se suba o se baje nadie.
La “suerte” de la familia de Esperanza Aguirre
La estación del AVE a Guadalajara se encuentra a 13 kilómetros de la ciudad en un pueblo de 300 habitantes llamado Yebes. Algo difícil de comprender si no fuese porque el marido y la familia política de Esperanza Aguirre poseen cientos de hectáreas de terrenos adyacentes a la estación.
La revalorización que se produjo en las tierras rústicas que los hermanos Ramírez de Haro habían comprado a su propia madre fue inmediata. La llegada del AVE propició la construcción de una urbanización en un erial próximo a la estación. La urbanización Valdeluz, propiedad de la tía del marido de Esperanza Aguirre, fue además la beneficiada por la expropiación de todos los terrenos por los que pasaba la estación y la línea del AVE.
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