miércoles, 1 de diciembre de 2010

ALMARJAL DE BOROX: EL ESTUARIO INTERIOR AMENAZADO

Una fría mañana de finales de este pasado mes de noviembre, nos acercamos al almarjal de Borox, situado en el tramo medio del Arroyo de la Fuente de Seseña. Este pequeño curso de agua, que nace en la localidad de Seseña, forma un pequeño valle antes de desembocar en el río Tajo, muy cerca de la localidad de Aranjuez. El arroyo y varios de sus tributarios son de aguas salinas, y discurren por tierras de baja productividad agrícola. Por este motivo, no han sido cultivadas completamente. De hecho, aún se puede observar la dinámica fluvial de desbordamientos y división en varios brazos que nuestros arroyos y ríos presentaban antiguamente.

Sin embargo, debido a su composición, las aguas de este arroyo generan un ecosistema muy especial. Al desbordarse estacionalmente aportan a la llanura de aluvión una gran cantidad de sales, que se concentran después, al producirse la evaporación. Ese ir y venir de crecidas y evaporaciones, ha generado un paisaje único. Algo así como un estuario o una marisma costera, pero en mitad de la Meseta:
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Las zonas más bajas, sometidas a inundaciones periódicas de aguas con alto contenido en sales, se encuentran ocupadas extensamente por especies de plantas especialistas anuales, entre las que destaca la salicornia (Salicornia ramosissima), que en otoño presenta un espectacular color rojizo:




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En suelos ligeramente más elevados, encontramos pastizales marítimos mediterráneos:


En puntos aún más altos y protegidos de las inundaciones, encontramos matorrales halófios mediterráneos y termoatlánticos. En ellos se desarrolla una vegetación perenne, propia de fangos marinos. Entre las especies presentes: Suaeda vera y Atriplex halimux:
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En estos ambientes encontramos también otra especie halo-nitrófila perenne, que requiere suelos salinos pero relativamente secos: la sosa blanca o almajo de jaboneros (Salsola vermiculata):


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Y finalmente, en la transición hacia las estepas sobre suelos yesíferos de las laderas, encontramos estepas salinas mediterráneas, dominadas por especies como el albardín (Lygeum spartum):



Aunque recuerda al esparto (Stipa tenacissima) se diferencia fácilmente por la forma ondulada e incluso rizada de sus fibras:
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Los albardinales se forman habitualmente sobre suelos con altas concentraciones de sal, condiciones que no tolera el esparto.

En conclusión, un enclave impresionante, interesantísimo desde el punto de vista geológico y botánico, que además es el hábitat de una fauna muy rica en invertebrados especializados. Y entre los vertebrados, destaca la abundancia de caza menor (sobre todo de conejos y perdices), así como de pequeños depredadores.
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Los arroyos salados, almarjales y saladares, son hábitats de conservación prioritaria para la Unión Europea. Por ese motivo, se nos han dado generosas subvenciones: para conservar estos ambientes singulares, únicos. Y sin embargo, el saqueo del territorio a manos de nuestros gestores públicos, afecta incluso a estos lugares teóricamente intocables. Vivimos en un país en el que no se respeta nada, y el caso del almarjal de Borox es un ejemplo perfecto. Ya desde el propio almarjal podemos observar como se han realizado rellenos con tierras, para construir calles con farolas:



Hace tan sólo tres o cuatro años, en el lugar donde se encuentra ese nuevo desarrollo urbanístico aún había humedales salinos. ¿Cómo puede ser que esto suceda? Bien, todo se comprende mucho mejor mirando desde el cielo:



En la parte inferior de la imagen, se puede ver una amplia extensión alargada. Se trata de un polígono industrial ya construido sobre la margen derecha del arroyo de la Fuente de Seseña, sobre hábitats prioritarios para la UE. Para llegar en coche hasta el almarjal tuvimos que pasar por este desarrollo industrial, lo que nos permitió comprobar que se encuentra en pleno colapso. Los anuncios de venta y alquiler llenan fachadas, ventanas y puertas de naves y edificios. Un polígono agonizante, casi fantasma, en el que hay incluso carteles que anuncian precios rebajados, para cualquier empresario o institución con el suficiente valor para comprar. Por eso sorprende aún más el nuevo desarrollo industrial, con cuatro rotondas, que se puede observar en la parte central de la imagen. Se han hecho las calles, se han puesto farolas, e incluso se han plantado olivos en las glorietas. Pero nadie va a construir naves allí, porque no hay negocio.

Justo ese nuevo desarrollo se ha realizado sobre suelos muy próximos al corazón de lo que queda del humedal salino, destruyendo todo a su paso. Los aterrazamientos han acabado afectando directamente a zonas inundables del corazón del almarjal, las ocupadas por salicornias:
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Un paisaje desolador. La destrucción de un paraje de altísimo valor biológico para convertirlo en un extrarradio fantasma:





Incluso las naves industriales construidas, no encuentran comprador. Y no lo van a encontrar. Probablemente se queden así mucho tiempo, esperando un milagro:


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Las parcelas no construidas (aunque sí aterrazadas a ambos lados de la avenida), tampoco tienen ningún uso. Todo se ha hecho, como casi siempre, siguiendo criterior oportunistas, y sin tener en cuenta las necesidades reales de la población, ni el impacto del proyecto.


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Igual que el polígono ya existente (vacío), todo esto quedará para el futuro como un ejemplo más de lo que somos:



Un país de especuladores, que dentro de la Unión Europea ya hace tiempo que tenemos fama de estafadores. ¿Y no es cierto? Fijémonos en lo que ha sucedido aguas abajo de lo que queda del almarjal. Pese a recibir cuantiosas sumas de dinero de Bruselas para conservar este tipo de hábitats, se hace lo siguiente: se mete una excavadora, se canaliza el arroyo y de este modo se eliminan las inundaciones periódicas:
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Tal y como puede verse, se convierte (como quien no quiere la cosa) un hábitat pioritario en tierras agrícolas. Y muerto el perro se acabó la rabia: vía libre a recalificaciones de suelo agrícola en industrial. Por supuesto, para que una aberración así sea posible, es necesaria la colaboración de las autoridades municipales, la Confederación Hidrográfica del Tajo, y otras instituciones públicas.
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Pero esto no queda aquí. Cuanto más escarbamos más porquería sale. Por ejemplo, la barbaridad cometida en este lugar, aunque promovida por el ayuntamiento de Borox, está siendo ejecutada por el Grupo Menchero. Y ésta es la información al especto que dicho grupo empresarial ha colgado en su página web:
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Como justificante de la urbanización del almarjal, argumentan esto:
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La magnífica acogida que tuvo el Polígono Industrial “ANTONIO DEL RINCÓN”, desarrollado y ejecutado por GRUPO MENCHERO en el municipio de Borox, nos llevó a plantear una ampliación del Polígono mediante la realización de dos Programas de Actuación Urbanizadora para llevar a cabo la incorporación de 1.600.000 m2 más de terrenos en donde dar cabida a todas las empresas de logística y transporte, tecnológicas, auxiliares de la construcción y pequeñas industrias de servicios que nos han solicitado fehacientemente trasladarse a esta zona de la comarca de La Sagra.
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Da escalofríos leer esto después de ver el estado de abandono y de agonía en que se encuentra el citado Polígono Industrial ANTONIO DEL RICÓN. Aunque aún da más escalofríos leer su presentación, en la página principal de su web, en la que se afirma lo siguiente:
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GRUPO MENCHERO construye las obras que proyecta. Nuestras actuaciones para el desarrollo de polígonos industriales y residenciales en venta y alquiler, siempre parten de una premisa determinante que no es otra que la del respeto al medio ambiente
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Asombroso. Desde luego, tienen tanto respeto por el medio ambiente como nuestras administraciones públicas. Sin ir más lejos, la próxima construcción de la Autovía de la Sagra dañará seriamente el entorno del almarjal:
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Una parte de su trazado atravesará un LIC (Lugar de Interés Comunitario): el de los Yesares del Valle del Tajo. Los LIC son espacios protegidos a nivel de la Comunidad Europea, y por cuya conservación también recibe España generosos aportes económicos de Bruselas. Sin embargo, su destrucción es el pan nuestro de cada día. ¿No es asombroso que no nos hayan expulsado aún de la Unión?
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Volvamos al almarjal y a la futura (e injustificable técnicamente) Autovía de la Sagra: uno de los ramales atravesará el arroyo y discurrirá muy cerca, por encima de los cerros esteparios de la margen izquierda (pertenecientes al LIC anteriormente mencionado). Y más inquietante aún: en nuestra visita encontramos numerosas estacas rojas recién colocadas en el interior del humedal. Esperemos que no se trate del anuncio de un inminente dragado y destrucción definitiva de lo que queda.