martes, 29 de noviembre de 2011

EL GRAN CASINO DE LOS MONEGROS, OLVIDADO




Aunque con un poco de retraso, no quería dejar de comentar una noticia positiva, en medio de este ambiente apocalíptico en el que a veces parece que estamos inmersos. Efectivamente, el proyecto Gran Scala de Monegros ha pasado a mejor vida, para suerte de casi todos.


Recordemos que este mostruoso parque temático del juego y el consumo, conocido también como un Las Vegas del sur de Europa, fue patrocinado e impulsado por el anterior gobierno aragonés (del PSOE), aplaudido por buena parte del resto de las fuerzas políticas, y saludado desde el gobierno central. Recordemos que, pese al esperpento de pretender que un descomunal casino fuera la imagen de Aragón, pese al consabido pelotazo urbanístico, pese a la gigantesca demanda de agua que requerirían esas instalaciones, pese a ser lo contrario a lo que debe aspirar una sociedad responsable, el Gran Scala fue expuesto por políticos y medios de comunicación como una gran promesa de desarrollo y de futuro.


Pues bien, si algunas cosas buenas tiene la crisis, es que hace inviables algunas de estas pesadillas ambientales. El pasado 10 de octubre, los promotores de Gran Scala no hicieron frente al pago del último plazo de las opciones de compra de los terrenos. Ni siquiera ha hecho falta llegar a febrero de 2012 para tener que dar el último paso hacia la definitiva materialización de "la cosa". Esperemos que cunda el ejemplo, y que otros proyectos demenciales, como el de San Glorio, también queden para siempre en el olvido.

Dejo un artículo al respecto:



Los Monegros finiquitan hoy el megalómano 'bluf' de Gran Scala


10/10/2011


Hoy debía ser día de cobro en Ontiñena, pero nadie en el pueblo espera ya a los representantes de International Leisure Development (ILD), el consorcio que lanzó la ilusoria macrociudad del juego llamada Gran Scala: una inversión de 17.000 millones de euros promovida por unos emprendedores que no pagan la minuta a sus abogados y que eligen como imagen pública a un ejecutivo que termina condenado por asesinato.

El 10 de octubre era la fecha señalada para que ILD desembolsara el último plazo de las opciones de compra, tras lo que llegaría, el 10 de febrero del próximo año, la hora de la verdad con la compra de los terrenos o la retirada oficial del proyecto. Sin embargo, todavía sigue pendiente el penúltimo pago sobre 1.100 de las 1.400 hectáreas señaladas.


Los propietarios de los terrenos se han repartido 1,2 millones de euros --seis veces más de lo que habrían sacado cultivándolos-- con la expectativa de recibir otros casi ocho que en realidad nadie espera ya. Los efectos de ese dinero han sido variados: algunos vecinos han ahorrado un dinerillo, otros optaron por endeudarse en inversiones cuya financiación zozobra ahora e incluso hay quien ha perdido una pensión no contributivas tras detectar el fisco sus ingresos.


Cuando casi hace cuatro años de la megalómana presentación de la idea en la Sala de la Corona del Pignatelli con las intervenciones estelares de Marcelino Iglesias y José Ángel Biel --principal propagandista de Gran Scala e ILD junto con el exconsejero Arturo Aliaga--, el actual Gobierno de Aragón no sabe oficialmente nada del consorcio ni del proyecto. "No han dado señales de vida", explicaron fuentes del Ejecutivo de Luisa Fernanda Rudi, que añadieron que, además, "el Gobierno tiene otras prioridades".


En esos casi cuatro años, la cotización de Aristocrat, el principal productor de software para el juego y principal socio industrial de ILD, se ha desplomado más de un 80%: de los 11,15 dólares por acción del 14 de diciembre del 2007 a los 2,22 del viernes.


El fiasco de los casinos llega a Ontiñena a los 20 años del anuncio de aquella siderurgia que iba a generar cientos de empleos y que tampoco se materializó.

sábado, 19 de noviembre de 2011

CONCLUSIONES CIENTÍFICAS SOBRE TRANSGÉNICOS

En relación con el siguiente artículo y los vídeos que he puesto después, me gustaría recordar algunas cosas:

La primera es que los transgénicos son uno de los pilares de lo que se ha venido llamando "revolución verde", según la cual el progreso técnico y científico lograría aumentar enormemente la producción de alimentos, y eliminaría el hambre en el mundo. Esto se ha demostrado una falacia dirigida a justificar o legitimar la fe ciega en el crecimiento económico y demográfico. El hambre no ha dejado de aumentar a nivel global, y gracias a la "modernización" agrícola la producción de alimentos se ha ido volviendo más y más dependiente de las grandes multinacionales (como Monsanto).

La segunda es que las mafias económicas que operan en la Unión Europea, lograron hace años que los europarlamentarios aprobaran leyes por las cuales se dificulta enormemente al consumidor saber si está comprando o ingiriendo transgénicos. Gracias a esto, la población está permanentemente expuesta a los efectos de una alimentación de origen incierto.

La tercera es que, pese a que en Europa el cultivo de transgénicos se encuentra muy restringido (aunque no su importación), en España hay prácticamente carta blanca. En la Comunidad de Madrid, empresas como Pioneer Hi-Bred Agro Servicios Spain SL llevan años plantando grandes extensiones de maíz transgénico en el Parque del Sureste. Incluso dentro de los espacios protegidos, estas prácticas mafiosas se permiten, al tiempo que se controla la información sobre sus efectos. Por este motivo, me ha parecido muy interesante esta publicación sobre estas Jornadas Científicas Internacionales sobre Transgénicos. Ya que no van a difundirlo en los medios de comunicación convencionales, voy a tratar de darle difución yo, dentro de mis posibilidades:


Científicos confirman los graves impactos de los transgénicos

Una importante representación de científicos europeos y españoles ha expuesto el jueves y viernes pasados, en Madrid, sus principales hallazgos sobre los riesgos e impactos de los cultivos y alimentos transgénicos, en el transcurso de las Jornadas Científicas Internacionales sobre Transgénicos ”Los transgénicos en el ámbito científico, agrícola, medioambiental y de la salud” . Durante estos dos días se han puesto sobre la mesa suficientes evidencias científicas sobre sus impactos ambientales, sociales y económicos y sobre sus riesgos para la salud como para rechazar su introducción en la agricultura y la alimentación.

Las jornadas, que han tenido lugar en la Escuela de Organización Industrial (EOI), y han sido organizadas por Amigos de la Tierra, CECU, COAG, Ecologistas en Acción, Greenpeace y Plataforma Rural, han reunido, entre otros, a científicos como: Giles Eric Serallini, Angelika Hilbeck, Christian Vélot, Mª del Carmen Jaizme-Vega, Julien Milanesi, Rosa Binimelis, Ana Carretero, Antonio Gómez Sal, Jorge Riechmann, Michael Antoniou o Julio César Tello Marquina.

Una de las conclusiones principales a las que han llegado de forma unánime los ponentes es que el cultivo de los transgénicos al aire libre supone un grave peligro para la salud y el medio ambiente, y no tiene nada que ver con el empleo de esta tecnología en laboratorio, en ambientes confinados, como su uso con fines médicos.

Michael Antoniou, experto en genética molecular y médica del King’s College, ha destacado durante su intervención que la tecnología de los transgénicos se basa en conceptos genéticos ya superados por la ciencia, que no están abalados por los últimos hallazgos de la genética. A su vez el catedrático de biología molecular de la Universidad de Caen, Gilles Seralini, ha señalado que los mecanismos de evaluación de riesgo previos a la liberación de un transgénico no están diseñados para proteger ni la salud, ni el medio ambiente.

Por su lado, la doctora en ciencias biológicas, Mª del Carmen Jaizme, ha asegurado que los microorganismos del suelo también son víctimas de los cultivos transgénicos, y por lo tanto la fertilidad de nuestros suelos y nuestra alimentación están en juego.
En otra de las ponencias, Christian Vélot, profesor de genética molecular en la Universidad de París, ha apuntado que casi la totalidad de las plantas transgénicas producen pesticidas en sus células o son cultivadas con enormes dosis de pesticidas. Con la conclusión de que “al comer transgénicos estamos comiendo veneno”.


También se ha recogido la experiencia de agricultores españoles como Jeromo Aguado, Presidente de la Plataforma Rural y Antonio Ruíz, ex-Presidente del Comité Aragonés de Agricultura Ecológica. Además de un interesante debate entre miembros del Parlamento Europeo sobre la Evaluación de riesgos en materia de OMG, así como la propuesta de cambio legislativo de la Comisión Europea.

España es el único país de la UE que cultiva transgénicos a gran escala. Durante las últimas legislaturas, el Gobierno ha ignorado sistemáticamente los argumentos ambientales, sanitarios, económicos y sociales que han llevado a otros países europeos como Francia, Alemania, Suiza o Hungría a prohibir el cultivo del maíz transgénico que se cultiva en España. Los organizadores de esta jornada exigen al próximo gobierno que considere la desastrosa experiencia del cultivo de transgénicos en nuestro país y las evidencias científicas de sus impactos, prohibiendo el cultivo de transgénicos como una de sus primeras medidas. En plena campaña electoral, existen motivos más que suficientes para que los partidos se posicionen en un tema clave para el futuro de nuestra agricultura y alimentación.

Fuente: http://www.noticiaspositivas.net/2011/11/19/cientificos-confirman-los-graves-impactos-de-los-transgenicos/

Vídeos relacionados (muy interesantes):

http://www.eoi.es/portal/guest/evento/1739/jornadas-cientificas-internacionales-sobre-transgenicos-los-transgenicos-en-el-ambito-cientifico-agricola-medioambiental-y-de-la-salud-jornada-1

miércoles, 2 de noviembre de 2011

UNA DE ANFIBIOS EN LA SERRANÍA CONQUENSE Y ALREDEDORES

El tiempo que pasamos durante el mes de agosto en la Serranía de Cuenca, dio también para explorar algunos rincones en busca de anfibios. Una vez más, recorrimos algunos enclaves húmedos o con pequeños cursos de agua, con resultado desigual. La sierra está compuesta por elevaciones de materiales sedimentarios, que en su mayoría son fácilmente solubles en agua, por lo que los humedales tienden a ser pequeños. No obstante, las lluvias irregulares y en general poco abundantes son recogidas con bastante eficacia por las grandes masas forestales presentes en la zona, y dominadas por el pino negral (Pinus nigra) y, en menor medida, el pino albar (Pinus sylvestris):



Muy cerca del pueblo de Las Majadas, encontramos un charco menguante que resultó ser muy interesante para observar este tipo de animales:




Aunque detectamos renacuajos de sapo partero (Alytes obstetricans), llamaba mucho más la atención la gran cantidad de ranas comunes (Pelophylax perezi) de tamaño pequeño y mediano, que se amontonaban en las orillas para cazar insectos y tomar el sol:






Cuando nos acercábamos al agua, los saltos de decenas de ranas eran un verdadero espectáculo, y en cierto modo nos recordaba que, en un pasado reciente también en el sur y sureste de Madrid este anfibio era extraordinariamente común y abundante. Ya no es en absoluto así.


En cualquier caso, el lugar les era, evidentemente, muy favorable. El charco se encontraba rodeado de pastizales con muy poco arbolado, tal y como prefiere este anuro sediento de sol. Muy cerca también encontramos ranas comunes en un arroyo intermitente, pero en densidades mucho menores. El curso de agua se encontraba densamente cubierto por los árboles, y en ese momento se componía de un rosario de charcones inconexos:




Se trataba de un hábitat subóptimo para esta especie, y no era de extrañar que no encontráramos más de un ejemplar por charcón. Un poco más adelante, dimos con otro arroyo de mayor entidad, que fluía por un fondo de valle en el que se intercalaban arboledas de sauces y pastizales:




Aquí volvimos a encontrar ranas, y en una cantidad algo mayor. Esta pequeña corriente era embalsada en un azud de pequeñas dimensiones, rico en macrófitos acuáticos:




Precisamente entre la vegetación sumergida pudimos ver y fotografiar renacuajos de sapo partero:




La presencia de estas y otras pequeñas presas mantenía una población interesante de predadores, tanto en el azud como en el arroyo. Era el caso de este escorpión de agua (Nepa cinerea):



En los puntos en los que la cobertura del bosque de ribera era menor, y por tanto la superficie recibía mayor insolación, una mayor productividad primaria se traducía en la aparición de macrófitos y algas tapizantes:




No era de extrañar que fuera en estos puntos donde encontramos una mayor cantidad de fauna acuática, y en las inmediaciones, un primer ejemplar juvenil de sapo partero (Alytes obstetricans):




Este anuro primitivo, de la familia Alytidae, vive asociado tanto a masas boscosas como a matorral y áreas agrícolas del norte, centro y este de la península ibérica, así como buena parte de Francia, y algunas regiones de Bélgica, Suiza y Alemania. En el pasado era muy común en Madrid. Por ejemplo, existen citas de mediados del siglo XX a lo largo del valle del Jarama, donde actualmente sólo sobrevive una única población que agoniza en un manantial de Arganda del Rey. El sapo partero también fue, hasta hace muy poco, extraordinariamente común en el entorno del río Tajuña, el sureste madrileño y áreas alcarreñas adyacentes de Cuenca y Guadalajara. Allí, la subespecie endémica Alytes obstetricans pertinax está ahora al borde mismo de la extinción debido a la destrucción de sus lugares de reproducción (manantiales, abrevaderos, fuentes,...). Esta forma especializada era, hace sólo un par de décadas, relativamente abundante en pueblos como Ambite de Tajuña. El declive de estos animales hace que, por un lado, tengamos que ir cada vez más lejos para encontrarlos, y por otro es un síntoma del deterioro acelerado que está sufriendo nuestro medio.

Curiosamente, los anfibios pueden resultar muy adaptables si no se lo ponemos demasiado difícil. Por ejemplo, algunas especies se han adaptado muy bien al nacimiento del río Tajo, en la cercana Sierra de Albarracín. Concretamente, el Monumento al nacimiento del río Tajo (estéticamente una cagada, en mi opinión) se eleva a casi 1.590 m sobre el nivel del mar. A esa altitud la vegetación está constituida por prados alpinos, salpicados (o no) por sabinas rastreras (Juniperus sabina), y bosques de pino albar (Pinus sylvestris):



El lugar está sometido a un clima muy riguroso, con largos inviernos en los que se alcanzan temperaturas muy bajas, y en los que la innivación puede ser muy importante. Originalmente, el Tajo fluía como un arroyo a lo largo de un pastizal con pinos dispersos, pero a algún político aburrido se le ocurrió que era mucho mejor plantar allí un monumento. Se colocaron unas esculturas grises, y la pradera se excavó para hacer un estanque artificial cubierto de cemento. Parte del resultado es esto:



Pues bien, pese a todo, la fauna se ha sobrepuesto al atentado paisajístico (o al menos parte de ella), y en el estanque abundan las ranas comunes:







Resulta curioso que, aunque este tipo de ranas prefiere humedales cálidos de tierras bajas, con el tiempo ha acabado siendo más numerosa en las regiones montañosas más remotas. Y es debido al deterioro de los hábitats acuáticos en áreas humanizadas. Y si la rana común es un ejemplo de esto, más sorprendente aún es el caso de otro anfibio que localizamos en este enclave del nacimiento del Tajo. Se trata de ejemplares recién metamorfoseados de sapillo moteado (Pelodytes punctatus):



Se trata de otro anuro discreto y en general poco conocido, perteneciente a la familia Pelodytidae. Esta familia cuenta con sólo tres especies, una en el sureste del continente Europeo, y dos en el oeste y suroeste del mismo. En España encontramos estas dos especies, siendo una de ellas endémica (Pelodytes ibericus, del suroeste peninsular). En cambio, Pelodytes punctatus se distribuye, además de por el este y noreste de la península ibérica, por algunas regiones de Francia, áreas costeras del noreste italiano y, al parecer, algunos enclaves en Bélgica y Luxemburgo. El sapillo moteado suele hallarse estrechamente ligado a terrenos rocosos calizos, aunque localmente puede aparecer sobre suelos silíceos o ácidos (caso de los Montes de Toledo). Aparte de eso, muestra una cierta preferencia por ambientes abiertos o semiabiertos, incluyendo pinares poco densos, enebrales, sabinares, áreas agrícolas entre cerros calizos, e incluso cerros cubiertos por vegetación esteparia rala (como sucede en los alrededores de Zaragoza). Se reproduce en pequeñas charcas o arroyos de aguas tranquilas y vegetación abundante, pero los adultos son esencialmente terrestres y nocturnos, refugiándose durante el día bajo rocas o en fisuras del terreno.


En Madrid, eran muy conocidas las poblaciones de sapillo moteado del sureste, concretamente las de los cerros yesíferos de los ríos Jarama y Manzanares. Este anfibio aparece citado repetidamente en la documentación sobre la fauna del Parque del Sureste, y en su día fue una de las especies singulares que justificaban la existencia de este espacio protegido. Resulta escalofriante comprobar cómo el hábitat de este animal ha sido meticulosamente destruido desde la creación del Parque, debido básicamente al crecimiento urbanístico demencial de localidades como Rivas Vaciamadrid. Además, la sobreexplotación de los acuíferos ha supuesto que los manantiales en los que se reproducía se han ido secando. Resultaría muy interesante saber si aún sobreviven algunos ejemplares de este anuro en los cerros de la Marañosa, o incluso más al sur, en los cerros al norte de Titulcia.


Lo cierto es que el futuro de esta especie parece ahora más factible en un lugar inhóspito y duro, como el nacimiento del Tajo, que en otros enclaves antaño mejores. Nunca he visto un sapillo moteado en el sureste de Madrid, pese a que allí el hábitat en principio reuniría condiciones mucho mejores. Y es que, una vez más, los anfibios nos dan pistas de la salud del medio en el que también nosotros vivimos.