jueves, 12 de noviembre de 2009

LA CAZA ILEGAL Y ABUSIVA, EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA EN EL SURESTE MADRILEÑO

Pese a que la actividad cinegética es perfectamente compatible con la conservación de nuestro medio ambiente, en la Comunidad de Madrid y concretamente en su Parque del Sureste se vive una situación de absoluto desorden que amenaza no sólo con afectar a muchas especies animales, sino también con provocar algún desgraciado accidente. Las asociaciones ecologistas llevan años denunciando la caza ilegal, en zonas donde ésta se encuentra prohibida dentro del parque, con el caso sangrante de los cantiles donde anidan aves rapaces amenazadas.

Aunque, en cualquier caso, las prácticas ilegales se suman a una regulación regional que a veces raya el absurdo. Así encontramos que la caza se considera una herramienta de control poblacional de toda la fauna cinegética (y veremos que también de la no cinegética) incluso de especies que la Unión Europea considera sensibles. Por ejemplo, la tórtola común (Streptopelia turtur) y la cordorniz (Coturnix coturnix), que en el Parque tienen áreas importantes de descanso en sus rutas migratorias hacia África, y que no están pasando por un buen momento en nuestro continente. También encontramos medidas inauditas, carentes de cualquier tipo de criterios técnicos y racionales, como cuando se aprueba en primavera o verano una campaña de descaste de conejos en un coto (por exceso de conejos, se supone), para justo después aprobarse una campaña de descaste de predadores (por falta de conejos). No, no estamos en una comedia de medio pelo: es la gestión que se realiza en Madrid.

Sea como sea, y pese a que se entiende que en su mayoría los cazadores respetan las leyes y cumplen con las normas, lo más grave es que ni siquiera se respetan los límites de la legislación madrileña (que es de risa). Continúa la caza ilegal, plenamente consciente, no sólo en áreas de importantes valores biológicos que resultan dañados, sino directamente en lugares donde la caza es peligrosa para la ciudadanía: caminos, riberas, cercanías de carreteras, e incluso de edificios y poblaciones. Se da la paradoja de que es en los fines de semana cuando más casos de este tipo se producen, y precisamente son los días en los que el SEPRONA se encuentra más inactivo. De este modo, si se llama para denunciar un caso, lo más probable es que nadie acuda al lugar. Con lo cual se vive una situación de impunidad casi total.

Las asociaciones, entre tanto, siguen denunciando. En este último mes se han presentado denuncias por caza de furtivos en el núcleo residencia de Gózquez de Abajo (San Martín de la Vega), y por cercados ilegales y abandono de cartuchería (en gran número) en coto M-10102 de San Martín de la Vega, dirigidas a la Consejería de Medio Ambiente, Seprona, y al Ayuntamiento de San Martín de la Vega. Los cercados son habituales en otros cotos de San Martín de la Vega. Así mismo se ha presentado otra denuncia genérica por caza abusiva y riesgos para los no cazadores, a los mismos destinatarios y además a la Junta Rectora del Parque del Sureste.

Estas fotografías se refieren a las denuncias mencionadas, y además se han incluido como pruebas:







Además se añaden las amenazas que los no cazadores reciben en ocasiones cuando se dirigen a los cazadores (que se encuentran cometiendo furtivismo, no lo olvidemos). También se adjuntan correos electrónicos que ciudadanos que han escrito a la asociación ecologista del Jarama El Soto, denunciando situaciones de riesgo o de caza ilegal. Adjunto algunos:

Recibido el sábado 5 de septiembre de 2009:

Sábado 4 de septiembre, son las 10:30 de la mañana y salgo a dar una vuelta por las inmediaciones de la laguna de Miralrío, a la salida de Velilla. Ya en las cercanías de la depuradora, junto al portón de acceso al camino que transcurre por trazado del antiguo ferrocarril, me encuentro con un jovencito de no más de quince años cazando (sin ninguna discreción) con un perro de raza (creo que un Harrier). Continúo más adelante y observo que a la altura de las ruinas, junto a la laguna, hay otra persona "paseando" sin correa a otro perro de caza, que se dedica a seguir rastros entre los matorrales (el perro).

Doy la vuelta a la altura del hotel y subo río arriba por el camino entre las lagunas y el río. Me voy encontrando restos de animales recien cazados, especialmente agrupaciones de plumas. Cuando llego a la curva, oigo a mi izquiera dos disparos que me sobresaltan, muy cerca. Doy una voz y entre los arbustos de la orilla del río se asoma un cazador. Le digo que no puede cazar en esa zona (está en zona libre y prohibida, y además dispara dentro de la zona de seguridad del río). Tenemos una discusión que corto una vez que queda claro que no se trata de un cazador desinformado.
Cuando continuo adelante compruebo que hay otro perro (de evidente raza cinegética) "paseando" por el camino. El dueño ha debido de percibir la discusión por que ata inmediatamente al animal y se lo lleva en dirección opuesta, hacia el pueblo. Cuando llego a la altura de la depuradora el jovencito ya no está en esa zona.

En una escasa distancia recorrida (a las puertas de la localidad) me he encontrado con tres personas cazando ilegalmente, casi con seguridad con pleno conocimiento de su actividad furtiva. No termino de imaginarme la concentración de furtivos que podría haber a primera hora de la mañana.

Hasta hace poco era bastante habitual encontrarte con algún perro de caza "paseando", con mas o menos disimulo, especialmente a última hora de las tardes, pero lo que sucede en las mañana de los fines de semana, al menos desde que se abrió la media veda, es un auténtico escándalo que va a más. Quizás los protagonistas de esta mañana de sábado no vuelvan por un tiempo, pero estoy seguro que si comprueban que vuelve a haber impunidad volverán. Se trata de furtivos conscientes, que no quieren cambiar de conducta, y que no están dispuestos a dejar de cazar "donde siempre lo han hecho".
Ya me habían comentado que tras la apertura de la media veda, han vuelto algunos cazadores a las riberas de las lagunas, incluso el río, en la zona del Picón de los Conejos, con alguna discusión también con paseantes que circulaban por la extrecha franja entre el río y las lagunas (zona de seguridad donde está prohibida la caza). Espero equivocarme, pero a veces da la sensación de que vamos acercándonos a un mal desenlace, en el que llevaremos todas las de perder quienes hacemos un uso legal y razonable de los espacios naturales.

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4 de septiembre de 2009


Recibido el 15 de octubre de 2009:

Hoy Jueves 15 de Octubre he cogido a las 10 de la mañana la bici para ir a la Presa del Rey. Una vez pasada la Boyeriza, he parado para hacer fotos de unas plantas que todavía no teníamos catalogadas. A mi lado se ha parado un vehículo para informarme de que estaba en un coto de caza y que yo no podía estar en la Carretera de la Presa del Rey, que podría sufrir un accidente.

No ha habido agresividad verbal ni voces. Le he respondido educadamente que estaba mal informado. Que la Carretera de la Presa, (antiguo Camino de Madrid a Aranjuez) es de la Confederación Hidrográfica del Tajo y no del Coto. Que la Comunidad de Madrid recomienda este recorrido en varias publicaciones y que cumpliendo la ley es suficiente para que no haya accidentes. Que no se puede disparar a menos de una cierta distancia de caminos, carreteras, cursos de agua, poblaciones y siempre de espalda a los mismos; tampoco se puede disparar con munición de mayor alcance que la vista.

Eran dos señores aunque solo hablaba uno. Al final han seguido su camino no sin antes soltar la velada amenaza de accidente. Es algo habitual cuando comienza la temporada de caza ver como se dispara desde los caminos en el Soto del Tamarizo, incluso desde Gózquez incumpliendo la ley, basta darse un paseo por la Raya Alta para ver los cartuchos abandonados por lo cazadores en el camino.

Yo, que vivo en Gózquez de Abajo he visto como caían los perdigones en el patio de mi casa, incluso he informado de ello a la Guardia Civil sin resultado alguno. La situación actual supone un serio peligro para la seguridad de todos los que tenemos la sana costumbre de pasear por nuestro municipio.
Desde el ayuntamiento se pueden hacer todos los esfuerzos del mundo para promocionar los valores naturales de nuestro municipio que son muchos y particularmente considero positivo darlos a conocer; pero si cuando alguien va a conocer los citados valores de nuestro municipio un jueves o domingo le salen unos cazadores amenazando con accidentes, creo que todo el
esfuerzo va a servir de poco.
Nuestro término municipal es prácticamente un coto de caza en su totalidad. No es de recibo que cuando 100 o 200 señores quieran divertirse cazando, los mas de 16.000 vecinos de nuestro pueblo tengamos que quedarnos encerrados en casa por miedo a ser tiroteados. Hasta ahora ningún gobierno municipal ha hecho nada para solucionar este problema. Confío
en que no sea necesario que suceda una desgracia para poner remedio a esta tropelía que viene sucediendo todos los días de caza. Te pongo como ejemplo el Soto del Tamarizo. Pusieron el cartel del coto a 20-30 metros de las casas. Si los responsables del coto no respetan la ley, ¿cómo vamos a pedir a los cazadores que la respeten?. El Soto es recorrido por una serie de caminos que dan servicio a todas las parcelas, si tenemos en cuenta la distancia que hay que alejarse del camino para disparar y la poca distancia que hay entre caminos, con la ley en la mano se puede disparar desde muy pocos sitios.
Desgraciadamente la ley no se respeta y considero que el citado Coto es ilegal y pone en serio peligro a los vecinos de nuestro pueblo que tienen la costumbre de salir a pasear o hacer deporte por el Soto, así como a los trabajadores del campo. (Tengo fotos de un cazador disparando por debajo de la Raya Alta a todas las aves que levantaba la segadora de maíz un domingo por la mañana, con el consiguiente riesgo para los trabajadores).
Creo que el Ayuntamiento, como la administración más próxima al ciudadano, debe informar a los responsables de los cotos de la necesidad de cumplir la ley así como de garantizar su
cumplimiento.
Te envío a ti este escrito porque sé que tu concejalía está trabajando en la promoción de nuestro municipio y la ruta que hoy hacía en bicicleta tenéis pensado proponerla. También te pido que reenvíes el escrito al Concejal de Medio-Ambiente.

Esta misma carta la voy a enviar a todas las fuerzas políticas de nuestro pueblo para que tomen conciencia del problema con la esperanza de que entre todos subsanéis esta situación injusta y de peligro y que todos los ciudadanos podamos disfrutar de nuestro bello municipio sin sufrir amenazas ni poner en peligro nuestra seguridad.

Muchas gracias por tu atención y recibe un cordial saludo.


En fin, así están las cosas. Esperemos que los políticos tomen cartas en el asunto antes de que tengamos que lamentar un accidente grave.

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