lunes, 12 de mayo de 2014

EL ESCARABAJO TIGRE (Cicindela campestris)

Esta primavera hemos podido observar gran cantidad de ejemplares adultos de Cicindela campestris en la sierra de Cuenca septentrional. La cicindela campestre o escarabajo tigre es un coleóptero muy difícil de confundir, caracterizado por presentar grandes ojos y mandíbulas, y una coloración verde con ocelos blancos:


Todos los ejemplares que pudimos observar y fotografiar se encontraban en caminos y pistas de tierra que cruzaban bosques de coníferas, tanto en el nivel del pino negral (Pinus nigra) como en la transición con el nivel del pino albar (Pinus sylvestris), situado a mayor altitud. Tal y como indica el gran desarrollo de sus ojos, se trata de insectos predadores rápidos y agresivos. Pueden correr a gran velocidad y, en caso de peligro, pueden realizar vuelos cortos (unos cuantos metros a lo sumo). He encontrado en ocasiones cicindelas en otros lugares, pero nunca en mi vida había visto tantos ejemplares como esta primavera en la serranía.


Taxonómicamente, el escarabajo tigre se encuadra en la familia Carabidae, aunque dentro de una subfamilia bien diferenciada, la Cicindelinae. Presenta una amplia distribución en el Paleártico, estando muy extendida en Europa, la cuenca mediterránea (Magreb incluido) y grandes áreas de Ásia septentrional.

Al parecer, habita preferentemente medios forestales, aunque se encuentra fuertemente asociado a suelos arenosos y sueltos. De hecho, no encontramos cicindelas en el interior de los pinares, y sí en caminos (de suelo arenoso-pedregoso) que los cruzaban. Dado que estos escarabajos detectan visualmente sus presas y las persiguen a gran velocidad, esta selección de microhábitat se encuentra relacionada con su ecología trófica. Sin embargo, existe otra razón poderosa para que los escarabajos tigre permanezcan en las inmediaciones de suelos sueltos: sus larvas son estrictamente fosoriales, es decir, tienen que vivir bajo tierra. Para ser más precisos, excavan galerías verticales en el suelo arenoso, desde las que acechan sus propias presas. Y es que, ya en su fase larvaria, son carnívoros estrictos. Sin embargo, en este estadio son incapaces de correr y dependen del factor sorpresa para alcanzar a sus víctimas. Así, colocan su gran cabeza a modo de tapa en la entrada de su madriguera, y sólo se mueven para atacar algún invertebrado desprevenido que pase por allí.

En resumen, un coleóptero muy interesante y, además, dotado de una gran belleza:


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