lunes, 15 de junio de 2009

TOPILLO CAMPESTRE, EXPLOSIONES DEMOGRÁFICAS Y ESTULTICIA HUMANA



El topillo campestre (Microtus arvalis) es un pequeño roedor de distribución fundamentalmente europea, del grupo de los microtinos. Los microtinos son, en su gran mayoría, pequeños mamíferos comedores de hierba propios del emisferio norte, y el topillo campestre es una especie prototípica de este gran grupo. Lo cierto es que los topillos en general son mucho menos abundantes en nuestro país que en la Europa continental, debido a su necesidad de contar con hierba verde todo el año. Las únicas especies frecuentes en ambientes continentales o mediterráneos de España son aquellas de hábitos subterráneos, como el topillo mediterráneo (Microtus duodecimcostatus), la rata de agua (Arvicola sapidus) que es acuática, y el topillo de Cabrera (Microtus cabrerae), que se encuentra asociado a microhábitat siempre húmedos y verdes. Por su parte, el topillo campestre habita pastizales y prados, y por este motivo en la Península Ibérica siempre tuvo una distribución restringida al norte húmedo, penetrando hacia el sur tan solo a lo largo de las montañas del Sistema Ibérico y del Sistema Central.

Esta situación cambió hace unas pocas décadas, cuando la especie comenzó a progresar hacia el sur. Colonizó la meseta castellana, a medida que los cambios en las prácticas agrícolas y la expansión de los regadíos, le proporcionaban ambientes adecuados y comida abundante donde antes sólo encontraba estepas y encinares. Desde entonces este animalito de prado se ha hecho fuerte en el centro de Castilla y León, y ha comenzado a mostrar las explosiones demográficas cíclicas que experimenta en otros muchos lugares de su área de distribución mundial. Como los léming, los topillos campestres aumentan de número hasta alcanzar un punto máximo cada pocos años, para después colapsarse y disminuir rápidamente de nuevo.

La última explosión demográfica se dio en 2.007 y 2.008. Lejos de cuestionarse los motivos que originan esta plaga, determinadas asociaciones de agricultores y la Junta de CyL optaron por campañas de quemas y envenenamientos que acabaron por perjudicar a numerosas especies valiosas. Las denuncias de cazadores, ecologistas y otros colectivos no se hicieron esperar. Ahora sabemos, por informes técnicos, que el fin de la plaga fue natural, y que se produjo al mismo tiempo en lugares tratados y en lugares sin tratar. Simplemente se colapsó de forma espontánea. ASAJA y la propia Junta de CyL no han tardado en atacar el informe técnico del CSIC, publicado en la revista Environmental conservation, tachándolo de falso. Sorprende la virulencia de sus ataques, aunque quizá menos si se observa la desfachatez y el oscurantismo que muestra la Junta en materia de medio ambiente.

Los científicos predicen una nueva explosión para 2010-2011. ¿Qué medidas se tomarán? ¿Se habrá aprendido algo? Yo ya tengo mi propia apuesta...

Dejo aquí algunos apuntes interesantes:

http://www.verdadesdelostopillos.com/archivos/1241775465.pdf
http://www.verdadesdelostopillos.com/archivos/1242370733.pdf
http://www.verdadesdelostopillos.com/archivos/1242370862.pdf
http://www.verdadesdelostopillos.com/archivos/1241775300.pdf

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